Asa significado bíblico
Definición. El significado bíblico de Asá, alude al nombre del tercer rey de Judá. Ejerció su gobernación luego dela división de los dos reinos. Fue hijo de Abías y nieto de Rehoboam. Su mandato duró 41 años.
¿Quién fue Asá?
Este rey demostró celo por la adoración pura a Jehová, al igual que su antepasado David. Bajo su gobernación, eliminó los ídolos y los prostitutos de templo. Además, mandó a destruir con fuego a los dioses falsos que su abuela Maacá había elaborado y promovido dicha veneración.
Siendo este uno de los motivos por el cual la destituye de ser primera dama. También quitó los lugares altos donde se hacían rituales a dioses paganos. Y eliminó los postes y columnas sagradas. Todo esto requirió de gran valor por parte de Asá.
El celo de este siervo fiel de Jehová, dio como resultado bendiciones y paz para el pueblo durante el tiempo que duro su gobierno. De igual modo, se dice de él que inquiría de Dios, es decir, buscaba su guía en momentos decisivos.
Tal como ocurrió cuando debía enfrentarse al ataque del etíope Zérah. Las tropas de este sobrepasaban en número al de él. Pero oro a altísimo con fervor. En dicha oración se evidencia la confianza que tenía a su Dios.
¿Qué ocurrió tiempo después con Asá?
Tras la gran victoria obtenida sobre el rey etíope, el pueblo de Judá entra en guerra contra Baasá, rey de Israel. Este bloqueó los caminos limítrofes de Ramá para evitar que algunos habitantes entraran o salieran de Judá y Jerusalén.
Pero en esta oportunidad, Asá no buscó la ayuda de Jehová. Acudió a la diplomacia y la conspiración. Se apoderó de los tesoros del templo para usarlos como cohecho al rey Ben-hadad de Sira, con el propósito de que atacara un territorio y distraer la atención de Baasá.
Y así sucedió, se interrumpió los trabajos de reconstrucción de los muros de Ramá de aquel gobernante. Además, se retiró a las tropas de ese lugar. Asá, por su parte, reclutó a todas las personas posibles como mano de obra disponible en su reino. Asimismo, se llevó los materiales de construcción de las ciudades de Gueba y Mizpá.
Ante esto, el vidente Hananí fue a ver a Asá y le recuerda lo que el todopoderoso hizo al librarlos de una amenaza grande. Ahora le advierte que por confiar en hombres y no apoyarse en Jehová, siempre estaría en guerra. Al final de su reinado, enferma y muere.