Ageo significado bíblico

ageo

Definición. El significado bíblico de Ageo es de origen hebreo Jag·gái, cuya traducción es 'nacido en una fiesta'. Lo que indica que este personaje pudo haber sido dado a luz en una celebración en Babilonia. Se le llamó así, a un profeta de Dios.

¿Quién fue Ageo?

Algunos dicen que fue Sacerdote, pero en realidad, Ageo fue un mensajero del Todopoderoso en las ciudades de Judá y Jerusalén durante el reinado de Zorobabel y el rey persa, Darío. Fue el décimo de los profetas menores, muy celoso de la adoración pura.

Aunque muy poco se sabe sobre la vida personal de este profeta, se tiene referencia que regresó a Jerusalén, alrededor del año 1537 a.E.C. junto a un grupo de judíos exiliados. El celo por la adoración pura de este siervo de Dios, contribuyó a infundir mucho ánimo en los demás de la nación judía.

Incluso, según el registro de las escrituras, el mensaje de Dios que Ageo difundió fue muy importante para los judíos de su época. En su labor como profeta de Dios, no estuvo solo, lo acompañó Zacarías. Inspirado por Dios, Ageo escribió el libro bíblico que tiene su nombre.

¿Qué hizo Ageo a favor de la adoración pura?

En la época en la que Ageo sirvió a Jesucristo como profeta, recibió un mensaje de parte de Dios para fortalecer al resto judío que habían regresado del largo cautiverio en Babilonia. Dios mediante Ageo le hizo saber a ese grupo fiel que estaría con ellos. Y les encargó una comisión que requería mucho valor y fe en Dios.

Debían continuar con los trabajos para la reedificación del templo de Dios. Esta actividad había sido paralizada por el medio que invadió a los judíos en ese entonces debido a las amenazas de los enemigos. Lo cual llevó a que muchos se desanimaran y se centraran en sus actividades y metas personales.

Por lo que Ageo requirió gran fuerza de parte de Dios para encender otra vez el celo en la nación. Él estuvo proclamando los mensajes de Dios y logró su cometido, que los exiliados emprendieran la obra de reedificar el templo hasta finalizarla en el año 515 a.E.C. durante el año sexto de la gobernación de Darío.

Y el hecho se pudo realizar gracias a la confianza en las promesas de Dios, el cual señalaba que estaría con ello durante esa labor y recibirían bendiciones si se mantenían en la adoración pura.

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