Afeites significado bíblico

afeites

Definición. El significado bíblico de afeites, es cosas que se frotan sobre el cuerpo. Se trata de un término hebreo llamado tamruq que se traduce como ungüentos o aceites para la unción de la piel y de los cabellos. También, se dice que es el aderezo o cosmético y se deriva del verbo afeitar, que tiene relación directa con el acto de rasurar los pelos de la barba y el bigote.

Vídeo sobre el significado bíblico de Afeites

Por otra parte, se comenta que el afeites se usaba como compuesto de antimonio para colorearse los párpados. Dado que, en la época de nuestros antepasados, tanto el hombre como la mujer lo preferían. Asimismo, optaban por disfrutar de la atención y el arreglo de sus cabellos, piel y rostro, prevaleciendo su apariencia ante terceros. Todo esto, con el fin de agradar a los demás.

Afeites de la mujer

El afeites en la mujer se define como un ornamento o adorno. El que, se emplea con el propósito de decorar, sobre todo, la garganta y el rostro. Gracias a ello, es posible dar un buen aspecto elegante y hermoso. Puesto que, desde épocas inmemoriales, a las damas les encanta sentirse y verse bellas. Por tal motivo, las joyas con piedras preciosas y los cosméticos eran tan relevantes en su rutina diaria.

De hecho, existen hallazgos arqueológicos de los primeros diseños de lo estético, en donde, se encontraron diversidad de afeites. Entre ellos, destacan peines, prendedores, collares, pendientes, y estuches de maquillaje. Además, se piensa que el jabón se descubrió en la prehistoria al mezclar y hervir cenizas de madera con grasa animal. Algo que benefició bastante a las personas de la época.

Afeites de hoy en día

Cuando hablamos de la palabra afeites, nos produce un pensamiento sobre las prendas, maquillaje, cremas y tratamientos corporales tanto para el hombre y la mujer. Los que, evolucionaron a los tipos de objetos que conocemos en la actualidad, pero que, poseen mayor elegancia.

Sin embargo, en esta época moderna existen seres humanos que usamos los afeites sin vanidad. A diferencia de otros que solo creen y tienen en el corazón un amor hacia la belleza externa. Es por ello, que se valen de cremas de renombre, perfumes caros, joyas de diseñadores y maquillaje.

Pese a esto, tales aspectos relacionados con el afeites no nos llenan como el amor de Dios. Algo que no es tan grato ante sus ojos y a quien le importa es el espíritu de sus hijos.

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