Velar significado bíblico
Definición. El significado bíblico de velar hace referencia al acto de dejar de dormir por la noche. Esto en los pasajes de la sagrada escritura se puede usar por prolongar el trabajo (Sab 6.15) o para evitar la sorpresa del enemigo (Sal 127.1 s). Surge de este significado metafórico: estar alerta y luchar contra el torbellino con el fin de lograr la intención deseada (Pr 8:34).
Vídeo sobre el significado bíblico de Velar
Para el creyente, la meta final es estar listo por aceptar al Señor cuando llegue su día. Por eso velar se relaciona con la advertencia principal que Jesús da a sus discípulos al final de su discurso sobre los últimos días. 'Mirad, pues, porque no sabéis en qué día vendrá vuestro Señor' (Mateo 24:42).
Para demostrar que su regreso es impredecible, se utilizaron muchos ejemplos y proverbios que llevaron al uso del verbo velar (abstenerse de dormir). La venida del Hijo de Dios es una de ellas. Por tanto, todo cristiano, como un sabio padre de familia, no debe dejarse dormir, porque tiene que permanecer en vigilia dispuesto a recibir al Señor.
Por ello en la Biblia se dice que la vigilancia es la que caracteriza la actitud del discípulo en la espera del regreso de Jesús. Este acto implica, ante todo, el mantenimiento de la vigilancia. Por lo tanto, requiere la separación de los placeres y posesiones mundanas (Lc 21, 34).
Velar en la Biblia
El cristiano que cree en Dios, es 'el Hijo de la Luz' y debe permanecer despierto y resistir a las tinieblas, símbolo del mal. Puesto que de lo contrario corre el riesgo de caer en la Segunda Venida. Esta vigilia bíblica exige sobriedad, es decir, el abandono de los excesos 'nocturnos' y de todo lo que pueda distraernos de la espera del Señor.
En una carta posterior, San Pablo temía que los cristianos abandonaran la creencia, por lo que los llamó a despertar de su sueño. En el Libro del Apocalipsis, el mensaje enviado por el juez del fin de los tiempos es un consejo urgente de estar en guardia. Por ello se considera bienaventurado el que guarda su manto (16:15), porque es partícipe de la procesión victoriosa del Señor.
La acción de velar, es decir, esperar el regreso de Jesús, debe ejercerse a lo largo de la vida cristiana. Con el propósito de entablar una lucha contra las tentaciones diarias que presagian una gran batalla tras una guarda común.