Troas significado bíblico
Definición. El significado bíblico de Troas, es nombre de un puerto que se ubicó en Asia Menor, se encontraba cerca de la ciudad de Troya. Tal calificativo sufrió numerosos cambios a lo largo del tiempo, siendo el último puesto en honor de Alejandro Magno.
En Troas pasaron varios acontecimientos resaltantes, incluso, llegó a convertirse en la colonia romana bajo el poder de Augusto César. Allí también estuvo el apóstol Pablo en sus viajes y embarcaciones que realizó para la época.
La Biblia nos habla de un hombre llamado Carpo que era cristiano y de quien se dice vivió durante mucho tiempo en Troas. Se le distingue en los pasajes sagrados porque el apóstol de Cristo llamado Pablo le encargó sus libros, pergaminos y carpa cuando le visitó.
La visita de Pablo a Troas
Es un hecho que el apóstol de Jesús dio sus pasos en Troas y encontró allí una excelente oportunidad de predicación. Sin embargo, quizá le confirió más relevancia a la obra en la localidad de Macedonia.
Otros capítulos de la Biblia nos afirman que, de regreso a Jerusalén, Pablo tuvo que viajar antes a Troas y permaneció allí durante un lapso de siete días. Más adelante, continuó su viaje hacia Asón, lo hizo por tierra.
La visión del varón macedonio en Troas
En los pasajes del libro de los hechos volvemos a encontrar otra mención sobre Troas. Se trata del episodio del varón macedonio y la visión procedente del señor. Para ese entonces, cuando atravesaron Frigia y la provincia de Galacia, el Espíritu Santo les prohibió dar la palabra en Asia.
Justo después fue que descendieron a Troas, en ese instante, Pablo tuvo una visión en la noche en la que aparecía un varón macedonio. Este estaba de pie y le rogaba que le ayudase en la localidad de Macedonia.
Es por eso que, la ensoñación que tuvo el apóstol en Troas, fue un indicativo sobresaliente. Él y su grupo de compañeros se dieron cuenta que el señor los llamaba para que fuesen a ese lugar a anunciar las buenas nuevas del evangelio de Cristo.
La ansiedad de Pablo en Troas
Aconteció en Troas que Pablo fue a predicar las palabras de Jesús, allí le recibieron bien y se le abrieron las puertas en el nombre del señor. No obstante, se encontraba bastante angustiado porque no halló a su hermano llamado Tito. En ese preciso momento, su espíritu no tenía reposo ni calma que le sosegaran.