Tocar, palpar significado bíblico
Definición. El significado bíblico de tocar, es agredir o atacar algo cuando se hace de manera hostil. El término palpar, en cambio, se refiere al tacto o al movimiento que se realiza con las manos en contacto con una superficie.
Vídeo sobre el significado bíblico de Tocar
La primera mención que se hace de la palabra tocar, aparece en el libro del Génesis 3:3, cuando se relata todo sobre el origen del Edén. 'Pero del fruto del árbol que está en medio del huerto: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.' Pese a ello, Adán y Eva hicieron caso omiso de las palabras del Señor.
Tocar- palpar y las prohibiciones
Tanto el término tocar como palpar, se ven limitados a los hombres en algunos versículos que aparecen en la Biblia. Sobre todo, en los objetos sagrados como por ejemplo, el Arca de la Alianza.
A la vez, existía la prohibición de tocar o palpar el cuerpo sin vida de familiares y conocidos. Puesto que, se tenía la creencia de que transmitirían cualquier tipo de enfermedad. A algunas cosas, se les consideraba impuras y por eso no se permitía que las personas se pusieran sus manos en contacto con ellas.
Por otra parte, el término tocar se usaba para denotar relaciones sexuales. Así podemos verlo en Génesis 20:6, cuando el Altísimo no dejó que Abimelec tocara a Sara, 'Y le dijo Dios en sueños: Yo sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no permití que la tocases.'
Tocar –palpar como metáfora
En el sentido figurado, se emplea el término palpar para acercarse a la presencia de Dios. Era común que los profetas se sintieran tocados por el Padre cuando se les manifestaba. Como le sucedió a Jeremías quien afirmó que extendió su mano y Jehová tocó su boca para infundirle las palabras correctas y el mensaje que debía transmitir a la congregación.
En el libro de Daniel, aparecen numerosos versículos que indican el acto de tocar por parte de la divinidad. Tal y como sucede con el ángel Gabriel que le explica sus visiones y se remite a palpar su hombro para llenarlo de conocimiento e iluminar su entendimiento.
Tocar también era útil si se pretendía fortalecer a los profetas o brindarles ánimos. En el caso de Elías, un ángel de Dios lo palpó y fue por ello que le infundió aliento para cumplir con el propósito del Señor.