Teñir significado bíblico

tenir tela

Definición. El significado bíblico de teñir, es el arte de darle color a tejidos y materiales de manera artesanal. Se trata de una práctica que data de miles de años de antigüedad y que se llevaba a cabo por medio de colorantes cuyos pigmentos eran potentes.

Es importante señalar que las personas realizaban la labor de teñir incluso antes de que naciera Abraham. Más adelante, el pueblo de los israelitas comenzó a familiarizarse con este proceso y usaban hilos de diversas tonalidades. Entre ellos, también figuraba la lana y las fibras que se empleaban en los oficios religiosos.

De este mismo modo, teñir era excelente por que le daba mayor protagonismo a las vestiduras de los sacerdotes destinados para el templo. Este tipo de aspectos se nos indican en los versículos que figuran dentro del libro del Éxodo. Se empleaban colores como el azul, escarlata, carmesí, púrpura y rojo.

Origen de la práctica de teñir

En un inicio, teñir se consideraba una actividad doméstica que efectuaban más las mujeres. Sin embargo, con el paso del tiempo se expandió hasta convertirse en una industria con altos márgenes de crecimiento.

Conviene señalar, que teñir los artículos hizo que adquirieran mayor relevancia económica, llegando a venderse en Tiatira y otras ciudades. Los egipcios fueron las personas que aprovecharon este tipo de trabajos al máximo. Más que todo, en cuanto a los procesos de exportación hacia otras latitudes.

Los procedimientos antiguos al teñir

Por otro lado, entendemos que para teñir era necesario valerse de sustancias minerales como la granada y los huevos del gusano carmesí. También, se aplicaban algunas especies de fluidos de animales que servían por colorantes naturales.

Otro de los procedimientos antiguos de teñir, consistía en la aplicación de las tonalidades en los diferentes tejidos. Había algunos en los que era necesario efectuar el procedimiento hasta dos o tres veces. Todo ello, dependía del tipo de material a tratar.

De manera general, cuando las personas teñían solían remojar los hilos en la tinta y luego, procedían a exprimirlos. Gracias a ello, podían retener la cantidad y mejorar la calidad de los pigmentos que adornaban cortinas o vestuario.

En cuanto a las pieles que los antiguos se encargaban de teñir, debían curtirse antes porque de lo contrario, el tinte no permanecería. Una vez que la pintura se secaba, se anexaban esencias y aceites que les proporcionaban buen aroma. Además, estas se colocaban en el tabernáculo cuando provenían de los carneros.

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