Sinaí significado bíblico

sinai montana desierto

Definición. El significado bíblico de Sinaí se refiere a una península que se encuentra al oriente de Egipto. Allí ubicaremos una montaña del mismo nombre, también conocida como Monte Horeb. En ese lugar, nos dicen las escrituras, que Dios entregó a Moisés las piedras talladas con los Diez Mandamientos.

Por ese motivo, vemos la cercanía con el mar rojo, por la zona sur, en la frontera con Israel. También observamos, que Sinaí está compuesto por desierto y grandes montañas. Entonces, consideramos que el Monte Sinaí es un sitio sagrado, puesto que, allí, el Señor escribió sobre dos piedras las normas que regirían a su pueblo.

Diez mandamientos de Dios en el monte Sinaí

Nos relatan las escrituras, que después de que Moisés enfrentó al faraón, logró cruzar el mar rojo para liberar a su pueblo. Estos caminaron hasta llegar a dicha península al cabo de tres meses, ahí Dios descendió sobre el monte Sinaí. De inmediato, llamó a Moisés, solicitándole que fuera a la cúspide de la montaña.

Así nos muestra la Biblia, que él obedeció y subió a la cumbre del monte. En este lugar, el Señor le entregó los Diez Mandamientos para guiar a su pueblo. Por ese motivo, nos relata la historia, que el mismo Dios tallo las piedras con los preceptos de su ley.

En ese majestuoso paraje, nos narra las escrituras que Moisés recibió instrucciones por parte del creador. Pues, su pueblo era libre del yugo de Egipto, pero era necesario establecer normas de convivencia. Estos mandamientos rigen el comportamiento para el bien común y el respeto por Dios y sus semejantes.

Moisés baja del monte Sinaí

Luego de la entrevista con el Señor, su mensajero regresó al desierto donde se encontraban los israelitas. Pero, vemos en las escrituras, que el pueblo se había cansado de esperar el regreso de Moisés. Esta falta de paciencia, los arrastró a pecar.

Pues, como podemos ver en la Biblia, los israelitas forjaron un ídolo falso, fundido de oro y con forma de becerro. Esta deplorable conducta, la hicieron para tener a alguien a quien adorar. Por supuesto, inspirados en Baal, uno de los dioses a los que  acostumbraban a seguir en el pasado.

Esta actitud, molesto a Moisés, que al llegar al desierto de Sinaí, destruyo el becerro de oro. Lo fundió y obligó a los responsables a beberse el agua que contenía el oro líquido. Muchos de estos, no tuvieron el privilegio de llegar a la tierra prometida, pues o se arrepintieron de su pecado.

Subir