Simea significado bíblico

simea

Definición. El significado bíblico de Simea, es nombre perteneciente a diversos personajes que vivieron durante la época del antiguo testamento. Tal término nos viene dado del hebreo Shimea que en español se traduce como aquel al que Dios escucha. A la vez, es posible que se trate de una forma abreviada de Semaya.

Simea y su hermano David

En el primer libro de las crónicas se describen los hechos del rey David y se nombra a Simea como uno de sus hermanos. Tales eventos acontecieron con la captura a Rabá en el tiempo por el que los reyes salían a la ofensiva.

David se encontraba en Jerusalén cuando Joab batió con el propósito de destruirle por completo. Por eso, tomó la corona del gobernante oponente adornada con piedras preciosas y se la colocó sobre su cabeza.  A la par, se hizo con el botín de la ciudad, trayendo consigo a sus pobladores para que trabajasen en sus sierras.

El rey volvió con todos los de Jerusalén porque querían matar a los gigantes después que aconteció la movilización en Gezer contra los filisteos. Fue Sibecai quien dio muerte a su líder, más cuando se presentó la guerra en Gat, Jonatán, hijo de Simea y hermano de David, mató a otro de ellos que era de gran estatura.

Simea y los que nacieron en Jerusalén

En la Biblia se nombran a los hijos de David que le nacieron en Hebrón, donde reinó durante un periodo consecutivo de seis años. Mientras que, en Jerusalén se encontraban Simea, Natán, Sobab y también Salomón, el hijo de Bet-súa descendiente directa de Amiel.

Hay que destacar que este hombre que Dios eligió tenía diversas concubinas que multiplicaron su descendencia en gran medida. Por lo tanto, se contaron nueve aparte de Simea, en los que sobresalen Elisama, Eliada, Noga, entre otros.

Simea y los cantores del templo

Simea fue el nombre de un levita gersonita quien se consideró el abuelo de Asaf y que se menciona junto con Berequías. Tanto a él como a los demás varones, David le dispuso al servicio del templo sagrado de Dios. Estas cosas acontecieron el día que el arca tuvo reposo después de su traslado.

Ocurrió que Simea y los demás ejercían sus funciones en el tabernáculo de reunión en el canto, antes de que Salomón edificase la casa del Altísimo. Más adelante, sirvieron al ministerio como era costumbre, ayudando en todo lo que fuese necesario.

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