Rei significado bíblico
Definición. El significado bíblico de Rei, es nombre de uno de los grandes de David. Se le caracterizó en vida por el hecho de no unirse a la conspiración que iban a efectuar en contra de un personaje llamado Adonías.
Las santas escrituras refieren a Adonías por ser el cuarto hijo del rey David y hermano del gran Salomón. Entre ambos tuvieron enfrentamientos debido a su ambición para ver a quien se le colocaría la corona. La traducción del vocablo Rei, quiere decir mi amigo, pastor o compañero.
Rei, el oficial de David
La mejor definición que tenemos respecto a Rei, es aquella que aparece en el primer libro de los reyes. Se le menciona con el sacerdote Sadoc, Benaía, Natán, Simei y otros grandes que no quisieron unirse a la causa de Adonías en la usurpación del trono.
Hasta la fecha, no se precisa más información que nos permita conocer a cabalidad la vida de Rei. Sin embargo, se le atribuyen características de liderazgo, unión y fortaleza ante sus ideales. Dado que siempre sirvió al rey David, no encontró motivo alguno para traicionarle a él ni a los de su casa.
La usurpación del trono por parte de Adonías
En la época de Adonías, decretó que se convertiría en rey y por eso, se hizo con numerosos carros y gente de a caballo. Contaba con un gran ejército que le precedía y corría delante suyo, para que ningún mal pusiese su vida en peligro.
Su padre David, al darse cuenta de sus acciones, se entristeció en gran medida y le preguntó ¿Por qué haces así? De este personaje sabemos que era bastante hermoso de parecer, así lo describen las santas escrituras.
El desprecio de Rei
Adonías nació después de Absalón y se puso de acuerdo con algunas personas de la corte que le ayudasen a cumplir sus planes. Sin embargo, había quienes se negaban a la causa, entre esos, conviene citar a Rei, Sadoc, Benaía, Natán y Simei.
En este sentido, Rei fue uno de a los que se les catalogó como los grandes de David y que, además, en ningún momento siguió a su rival, así fuese de su propia familia. A pesar de esto, Adonías convidó a sus hermanos hijos del rey para que se uniesen a su causa.
Al final, no le dijo nada a los profetas Natán ni Benaía, ni a Rei o los otros varones que se consideraban de los grandes, sin omitir a Salomón, su hermano.