Romanos significado bíblico

romanos

Definición. El significado bíblico de romanos hace referencia a los habitantes de la ciudad de Roma. Cuando la expresión aparece acompañada del artículo 'los', alude a la autoridad del imperio que regía en la época. También, designa a quienes adquirían la ciudadanía.

Vídeo sobre el significado bíblico de Romanos

¿Qué era la nacionalidad romana?

Una persona se consideraba con el gentílico romano, cuando obtenía los derechos legales de ese país. Esta condición le proporcionaba privilegios. Por ejemplo, exceptuaba a los romanos del pago del impuesto. Esto ocurrió sobre todo luego de la conquista de Macedonia en el año 168 a.E.C.

Las leyes establecidas en esa nación también protegían a los que obtenía la ciudadanía. No se podía aplicar torturas y azotes a un romano, con el fin de ejercer presión sobre el mismo para confesar algún hecho. Esos castigos eran contrarios a la ley, además, atentaban contra la vida del habitante.

Solo se aplicaba este tipo de acciones a los esclavos. De igual modo, los nuevos residentes de ese territorio, poseían la oportunidad de apelar a sus sentencias. Las causas judiciales podían ser transferidas para que se les juzgara en Roma frente a la figura del emperador. Estas eran leyes reconocidas en todo el imperio romano. Y constituía una violación quien la pasara por alto.

Esta ciudadanía se podía conseguir de diversas formas. Bien sea que el emperador otorgara ese favor especial a una persona o grupo de ellas, o que se obtuviera mediante el pago de una cantidad de dinero.

Personajes bíblicos considerados romanos

El registro de las escrituras señala a un comandante militar de nombre Claudio Lisias. Pago una suma de dinero para ser reconocido como romano, es decir, compró los derechos. Pero también se habla del apóstol Pablo. Este era de nacionalidad romana, nacido bajo esos derechos. Mientras estuvo predicando las buenas noticias del Reino de Dios, en aquella región sufrió persecución.

El pueblo se alborotó y los oficiales romanos del ejército lo ataron y encerraron. Así evitaron que lo asesinaran, pero estuvieron a punto de darle azotes. Por lo que Pablo les hizo saber que estaban violando la ley al maltratarlo. Al enterarse de su ciudadanía, lo dejaron tranquilo, porque sintieron temor.

En otra ocasión, tanto a él como a Silas los golpearon y encarcelaron y al saber que tenía privilegios de ciudadano, los dejaron ir a escondidas. Por otra parte, cuando lo estaban juzgando, apeló a uno de sus derechos que tienen los romanos. Solicitó que su causa la considerara un emperador, Cesar.

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