Rasurado significado bíblico

rasurado

Definición. El significado bíblico de rasurado, es acción de afeitar o quitar la barba del rostro de los hombres, también de su cabello. Estos se cortan al ras de la piel, eliminando cualquier pelo que quede sobre la superficie de la cabeza o del cuerpo.

El rasurado y los actos de purificación

Cuando se habla de rasurado en la Biblia, hay que tener muy en cuenta que se hacía en pacientes con ciertas enfermedades cutáneas. Por ello, era común realizar tal acto en los ritos de purificación auspiciados por los grupos sacerdotales.

Jehová le indicó a Moisés la forma correcta de hacer el rasurado en los leprosos. Antes de que se les diera curación, tenían que asistir a los sacerdotes, quienes salían fuera del campamento para atenderles.

En los actos del ritual se realizaban ofrendas con avecillas vivas y madera de cedro, grana e hisopos. La persona que se purificaba al final tenía que lavar sus vestidos, hacer el rasurado de todo su pelo y echarse agua limpia en el cuerpo.

Acto seguido, el que era rasurado podía entrar dentro del campamento, pero tenía que morar fuera de su tienda por un lapso estimado de siete días. Después de este tiempo, era fundamental que se volviese a quitar el pelo, la barba y las cejas.

¿Qué significaba el rasurado en la antigüedad?

El hecho de efectuar el rasurado en la cabeza, cuerpo y rostro de los hombres poseía diversas connotaciones bíblicas. Una de las principales, consistía en que hacerlo, denotaba una falta de respeto a Dios, por ende, era señal de pecado.

El rasurado se asociaba de manera frecuente con diversas prácticas destinadas a la falsa idolatría de imágenes e ídolos. Mientras que, en otras situaciones, hacerlo implicaba una señal de duelo ante un pariente o familiar cercano que ya no estaba en el plano terrenal.

Simbolismo de rasurarse en el viejo testamento

Se tiene una vieja creencia que dice que el hombre rasurado representaba la limpieza de la corrupción del cuerpo y del alma. En el contexto religioso, era normal llevar a cabo actos de pureza que eliminaban cualquier iniquidad de los seres humanos a través del poder divino de Dios.

Por lo tanto, no estaba mal hacer el rasurado, junto con el lavado del cuerpo y de la ropa para simbolizar la pureza dedicada a Jehová. Gracias a esto, también se restablecía el cabello de los hombres que obraban bien ante los ojos del señor.

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