Quisón significado bíblico

quison

Definición. El significado bíblico de Quisón, es nombre de un arroyo o torrente que va desde los montes Tabor y Gilboa. Su desembocadura se dirige hacia al norte del campo Carmelo. Se dice que en la temporada de invierno, sus aguas podian llegar a ser algo violentas.

Quisón y el episodio de la profetisa

Existió en la antigüedad una mujer llamada Débora que profetizaba la palabra de Dios a sus semejantes. Por eso, los hijos de Israel siempre subían a sentarse bajo su palmera, porque deseaban que se realizara juicio. Esto sucedía justo a las orillas del río de Quisón.

El episodio de Quisón es aquel que nos habla de Jabín y su general llamado Sísara, esos dos se encargaron de oprimir a los de Israel durante largo tiempo. Este es el motivo por el cual ellos llamaron y le pidieron al señor que los librara de su aflicción, ya que no veían otra forma de aliviar sus penas.

La profetiza Débora se sentaba cerca del río Quisón, era bastante instruida en el conocimiento de las leyes divinas. La Biblia nos indica que el Espíritu Santo se manifestaba a través de ella con la finalidad de dar a comprender a los israelitas mensajes que tenían un carácter sagrado.

Quisón y el mandato de la profetiza

Esta mujer juzgaba a los hijos de Dios en Quisón, corregía los abusos y resolvía todos los casos de conflicto entre los pueblos. A través de una orden de Jehová mandó a Barac para que organizase un gran ejército y con ello, atacará a las fuerzas del poder de Jabín, su enemigo.

Ese mismo día, Débora prometió que iría con Barac, no lo enviaría a un sitio al que ella nunca hubiese ido o en el que no podría permanecer. Ambos personajes se confiaron en la fe hacia el creador, a pesar de que Sísara tenía muchos carros, ellos no temieron en ningún momento.

Enseñanzas bíblicas de Quisón

El episodio del río Quisón en el que profetizó Débora, nos enseña a que debemos esperar en Dios a pesar de las adversidades. Él irá delante de nosotros para defendernos del enemigo, no nos abandonará y peleará con valor y júbilo.

No debemos desmayarnos por las dificultades que encontremos en el camino, ya que, si servimos al Padre Celestial, no tendremos porque sufrir ninguna clase de tormento. Veamos el ejemplo de Barac el día que le profetizaron en Quisón.

Subir