Purificación, pureza significado bíblico

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Definición. El significado bíblico de purificación, pureza se refiere a la cualidad de la perfección, inigualable o inconfundible de algo. Siendo el antagónico de lo sucio o lo que contamina, por ejemplo, el agua purificada no contiene otras sustancias. Incluso el oro puro se pasa por un tratamiento de pureza hasta el punto de eliminar todas las impurezas.

Vídeo sobre el significado biblico de Purificación

En el Antiguo Testamento el término 'taher' representa algo puro, limpio y que no tiene defecto. Por ello la pureza casi siempre se encuentra relacionada con el ambiente ceremonial. Asimismo, vemos que la purificación es importante para Dios, puesto que él es puro.

La pureza se usa a menudo en la escritura sagrada como una forma de expresar santidad o perfección. Vemos que cuando Moisés estaba construyendo el tabernáculo, Dios requirió que el candelabro del templo fuera hecho de 'oro puro' (Éxodo 25:31). Incluso el aceite empleado en el tabernáculo era tan limpio como el incienso (Levítico 24:2, 7).

Además, en la sagrada escritura se menciona que Dios tiene ojos de gran pureza y solo habla palabras puras (Salmo 12:6). En la Nueva Jerusalén se describe una ciudad de oro tan purificado como el vidrio (Apocalipsis 18:21). Incluso cuando Jehová creó el cielo y la tierra, todo era puro, sin muerte, sin corrupción, sin contaminación y sin pecado.

Dios, su pureza y su proceso de purificación

Nuestro Señor Todopoderoso produjo las cosas puras a semejanza de él y en esto no hay contradicción, ya que todo lo que él hace es bueno. Asimismo, Dios creó al hombre para reflejar su propia imagen y vivir en comunión pura y continua con él (Génesis 27:1). Sin embargo, el pecado es el destructor de la pureza y a menudo se menciona la suciedad como el factor que nos separa de la presencia de Dios.

Por tanto, la impureza hace que una persona o nación no sea apta para entrar en la asistencia del señor. Puesto que para estar en comunión con un Dios santo, debemos pedir la pureza que Él nos dio en un origen. En el Antiguo Testamento, la gente declaraba la purificación sacrificando animales tal cual de la misma forma que Dios había ordenado.

En el Nuevo Testamento, la pureza se revela al poner nuestra fe en el sacrificio de Jesucristo (Romanos 6:3-7). Por tanto, la contrición  y la fe en un Salvador venidero, es la muestra de obediencia a la Ley cristiana.

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