Pará significado bíblico

para

Definición. El significado bíblico de Pará, es nombre que se le asignó a una vieja aldea perteneciente a los de la tribu de Benjamín el día en que se realizó la repartición de las tierras y las heredades según la casa de sus padres. Tal término es hebreo y en español quiere decir novilla, se le suele relacionar con Tell Ain Farah, que se localizó cerca de la ciudad de Anatot.

Pará y la fructificación de los hombres

Desde los inicios de los tiempos y de acuerdo a las palabras que se escribieron en el libro del Génesis, se habla de las bendiciones de Dios y la multiplicación de sus frutos a través de la descendencia. Hay que señalar que el término Pará tiene relación con la fertilidad y todo aquello que se reproduce o aumenta en su cifra a través del tiempo.

Teniendo en consideración tales aspectos, Pará designa el incremento de la cantidad o el número de hombres pertenecientes a la creación de Dios. Esto nos indica la importancia que tenía en los tiempos antiguos el hecho de que los hijos se multiplicaran y formarán sus propias familias o linajes.

Se relaciona entonces la palabra Pará con rabá que hace referencia a la abundancia que no solo tiene que ver con la productividad de las cosechas, sino con el número de personas que forman parte de la tierra y que integran el conjunto de la sociedad. Es así como el creador les otorgó a los seres humanos la capacidad de cumplir su plan inicial de acuerdo a sus condiciones.

La misión tenía que ver con fructificar a través de Pará, lo que requería cierto esfuerzo y valentía por parte de los hombres y las mujeres. Pues, es fundamental desprenderse de la inutilidad o de las dificultades que puedan presentarse en la vida con tal de dar cumplimiento a lo que Jehová manifestó.

Pará y la repartición de los territorios

Dentro de los escritos del libro de Josué, se habla de la tierra designada a los del clan de Benjamín, haciéndose presente Pará como uno de sus territorios. La aldea se repartió por medio de un sorteo que realizaron los grupos familiares de esta tribu, junto con los de Judá. Todo se llevó a cabo del modo más correcto y que se caracterizó por su buena organización.

Dentro de la heredad de los de Benjamín también se establecieron los límites de sus fronteras que comenzaban en el Jordán y salían hacia el desierto de Bet Avén.

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