Mota significado bíblico
Definición. El significado bíblico de mota, es especie de mancha o pinta de forma circular y muy pequeña. La palabra también guarda relación con una partícula de hilo capaz de adherirse a los vestidos u a otras partes del cuerpo.
La mota y la viga
La palabra mota se encuentra en una de las parábolas de Jesucristo en las que hace referencia también a una viga en el ojo de un hombre. Tales cosas las vemos en la lectura de los evangelios según San Lucas.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos si acaso podría un ciego guiar o conducir a otro, pues, ambos caerían en el hoyo. Luego, dijo que por qué se fijaría en la mota que tiene su hermano en el ojo y no reparaba en la viga que tenía en el suyo.
La parábola de la mota y la viga, representaba en gran medida la hipocresía de los hombres. Era fundamental que se reparara primero en las propias acciones, antes de juzgar la de los demás.
¿En dónde se dijo la parábola de la mota y la viga?
En el evangelio de Mateo, encontramos la enseñanza de la mota y la viga el día en que Jesús se hallaba dando su discurso en la montaña. Se dice que el sermón fue breve y comenzó con una advertencia respecto a los peligros de juzgar a los demás.
Todo aquel que buscara la mota en el ojo ajeno, sabía que también le esperaba el mismo destino por parte del señor. Es por eso, que Cristo hizo hincapié en esta parábola, con la finalidad de que los hombres dejaran de realizar tales acciones que les alejarían del camino de la redención.
El redentor del mundo nos invita a no juzgar para no ser juzgados, porque con la medida con que midáis se os medirá. Nadie debe fijarse en la mota del ojo de su hermano si antes no repara primero a ver la viga que hay en el suyo.
Interpretaciones de la mota en la iglesia católica
La parábola de la mota y la viga, es una de las más conocidas en todo el mundo. San Mateo recogió diversas recomendaciones de Jesucristo sobre la conducta de quienes, en ese momento, le siguieron como parte de sus discípulos.
Una de las principales enseñanzas es que debemos ser prudentes con nuestros hermanos en la fe. Es importante analizarnos a nosotros mismos, antes de cometer pecado, juzgando a quienes nos rodean.