Hucoc significado bíblico
Definición. El significado bíblico de Hucoc, es villa que se localizó en la frontera del territorio que perteneció a los integrantes de la tribu de Neftalí. Aunque sus límites geográficos no se conocen con exactitud, se le identifica con la actual Yaquc, situada a escasos kilómetros de Capernaum.
De acuerdo con los registros de la Biblia, es posible que Hucoc se tratase de un asentamiento que se encontraba bastante cerca de Tiberias. Esta es una de las locaciones más populares que se mencionan en los registros de Juan, en donde se hace referencia a barcas que zarpaban hacia Galilea partiendo desde allí.
Vídeo sobre el significado bíblico de Hucoc
https://www.youtube.com/watch?v=oyHZX5GByug
Hucoc y la herencia de Neftalí
A través de los pasajes del libro de Josué encontramos la palabra Hucoc referenciada junto con los límites hacia el occidente de Aznot-tabor. Esta fue una de las villas que se les otorgó a los miembros de la tribu de Neftalí el día que se realizó la repartición de los territorios de acuerdo a la voluntad de Dios, mediante las suertes que echaron los hombres.
Hucoc dentro de la herencia de Neftalí, figura por ser un lugar cercano a la frontera que contaba con varios puntos de unión a las demás latitudes. Se localizaba cerca de otras ciudades como la gran Sidón y algunas que funcionaron de metrópolis, siendo fuente importante de progreso para las poblaciones de la antigüedad.
Ciertos estudiosos bíblicos afirman que Hucoc se destinó a la heredad de Neftalí conforme a sus familias por medio de la sexta suerte. Este territorio abarcaba desde Helef y giraba hacia el occidente, confinando con Aser y con Judá por el Jordán.
Hucoc y las ciudades fortificadas para los hijos de Dios
Hucoc integró parte de la lista de ciudades con sus aldeas que pertenecieron a los de la tribu de los de Neftalí. En la Biblia se hace referencia a sitios como Sidim, Zer, Cineret, Ramá, contándose un total de veintinueve.
En el principio, Hucoc no estaba del todo establecida como ocurrió con otras villas que poseyeron los de los otros clanes. No obstante, se trató de un ejemplo de la promesa que Dios dio a su pueblo por medio de heredades que se fueron construyendo a partir de sus ruinas.
Josué fue quien se encargó de darle registro a la repartición de las tierras que conocemos en la actualidad y que permitieron que el pueblo de Israel siguiera trayendo al mundo sus descendencias, hombres y mujeres al servicio del señor.