Homer significado bíblico

homer

Definición. El significado bíblico de Homer, es nombre de una medida para áridos equivalente a diez batos o efas. Se suele mencionar junto con el cab, que solía emplearse en los pesos estándar para las cosas de la época.

En los pasajes del libro de Ezequiel, se nos indica que la efa y el bato correspondían a una décima parte que integraba la unidad del Homer. Es fácil apreciar que los pueblos antiguos se regían por este sistema de medidas con el propósito de mantener el orden en sus acciones diarias.

El Homer y lo que se consagraba a Dios

En los tiempos antiguos, podía brindarse estimación a Jehová por medio de ofrendas que se medían con el Homer u otros elementos de la época. Moisés les dijo a los israelitas que podrían hacer esto cada vez que necesitasen realizar un voto especial al señor.

El sacerdote era quien se encargaba de valorar los sacrificios, podían ser alimentos o animales para la consagración. Incluso, algunos dedicaban sus viviendas, objetos de alto valor o tierra de su posesión que se hacían conforme a un Homer de siembra de cebada. Se tasaba en cincuenta siclos de plata.

Otro aspecto sobresaliente de las cosas que se consagran a Dios, era que no podían rescatarse después de su dedicación. Bien fuesen hombres, animales, tierras o cualquier objeto santísimo. De lo contrario, estarían desobedeciendo las leyes estipuladas.

El Homer en la repartición de las tierras

En los escritos de Ezequiel, podemos visualizar un fragmento que cita que al repartir por suerte las heredades, era importante apartar una porción de tierra que se consagraría a Dios. Los territorios de los alrededores se santificaban de acuerdo a su longitud, se empleaban medidas para ubicar el lugar santísimo en el que ministrarían los sacerdotes.

En ese mismo capítulo, se habla de las balanzas justas, efa y bato destinados a los hijos de Israel. Estos tendrían que medir lo mismo, siendo uno de ellos de la décima parte del Homer. En tanto que, los siclos eran de veinte geras.

En cuanto a las ofrendas, se estableció que la sexta fracción de un efa se realizaría por cada Homer del trigo y de la cebada. A la vez, había una ordenanza decretada para el aceite, así como, las corderas del rebaño que se engordaban en la consecución de los sacrificios. Era fundamental que todas las cosas estuviesen en el mayor orden posible, porque de ese modo lo decretó el creador.

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