Et-baal significado bíblico

et baal

Definición. El significado bíblico de Et-baal, es nombre que le perteneció al último rey de Sidón y que también fue el padre de Jezabel y suegro de Acab, uno de los gobernantes más importantes que tuvo Israel. La traducción del término hebreo quiere decir Baal está con él.

Et-baal y el reinado de Acab

Et-baal se menciona de manera particular en el registro de los reyes, cuando Acab inició su periodo de mandato y tan solo tenía veintidós años de edad. Este fue el hijo de Omri y se caracterizó por las cosas malas que realizó ante los ojos del creador. Sus pecados fueron incluso más abominables que los de otros líderes.

Aconteció que tomó por mujer a Jezabel, cuyo padre fue Et-baal, gobernante de los sidonios. Ambos personajes y sus familias cometieron un grave error al ir a adorar deidades falsas, como lo fue Baal. Entonces, edificaron altares en los templos de Samaria.

La hija de Et-baal también participó en la construcción de imágenes de cera dedicadas a Asera, estas cosas encendieron la ira de Dios en gran medida. Ningún otro de los siete reyes de Israel se atrevió a tanto, por eso, Omri se destacó a sobremanera en la Biblia.

Et-baal, la decadencia de Acab y su mujer

A pesar de que el yerno de Et-baal se caracterizó por su buena gestión política y económica para los de Israel, pecó según sus fracasos espirituales. Este personaje prefirió seguir el mal camino de su padre por medio de sus mentiras, engaños y pésimas intenciones de servicio a Jehová.

Las imágenes idólatras que adoraron Acab y la hija de Et-baal fueron parte de la condena y la decadencia de su reinado. Sin dejar de lado, el hecho de seguir la tradición del becerro de oro, los altares y lugares altos que se posicionaron a lo largo del territorio de Jerusalén. Se dice que tales personas introdujeron nuevos dioses paganos nunca antes vistos.

La desobediencia al señor hizo que Acab se olvidara por completo de sus leyes y estatutos, inclinándose a venerar a Baal. De hecho, se tiene registro de que tal rey ordenó que el pueblo rindiera culto a sus ídolos, sus leyes estaban a favor de ello y quienes se oponían, sufrían terribles castigos.

En este sentido, las personas comenzaron a guardar los mandamientos del pariente político de Et-baal, así como toda su obra. Su mujer también fue partícipe de la ruina espiritual que la condenó, al lado de su crueldad y actos de brujería que realizaba.

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