Estoico significado bíblico

estoico

Definición. El significado bíblico de estoico, es hombre que pertenece a una corriente del pensamiento que se le atribuye a Zenón de Citio. Tales enseñanzas se fueron difundiendo con el paso del tiempo y se ampliaron por un personaje conocido como Crisipo.

Por su parte, desde la antigüedad también se suele emplear la palabra estoicos para designar a los grupos de personas que seguían la misma filosofía.

Pablo y su visita a Atenas

Uno de los eventos de la Biblia más resaltantes y que involucran al hombre estoico, tiene que ver con el viaje que realizó el apóstol de Cristo.

En el libro de los hechos 17:18, lo vemos de la siguiente manera. 'Y algunos filósofos de los epicúreos disputaban con él; y unos emitían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es comunicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección.'

En este sentido, quien era estoico no creía de manera firme en los nuevos mensajes que se estaban comunicando en su ciudad.

Sobre todo, porque la figura de Jesús aún no era reconocida por cierta parte de la población. De igual modo, la misión de Pablo consistió en seguir difundiendo el evangelio para llegar a más personas.

El ejercicio de la virtud del estoico

Es importante señalar, que en la antigüedad existían escuelas muy populares en las que el estoico participaba al ampliar el saber de su doctrina. Para ellos, la idea de la felicidad de los hombres consistía en la práctica de la virtud.

Con esto, nos referimos a que cada persona se conectaba con la naturaleza como si rigiera su razón de ser en vez de rendir culto a un Dios. A la par, debían ser conscientes de sus actos, sin importar que fuesen buenos o malos.

El hombre que se caracterizaba por ser estoico, era tranquilo, calmado y sabía ejercer su control sobre ciertas cosas.

Gracias a ello, podría reaccionar de buena manera, incluso, si se le presentaban situaciones desfavorables en su vida. Es por eso, que a quien seguía esta corriente de pensamiento se le catalogaba como alguien que sufre sin quejarse.

Aunado a ello, el estoico tenía el deber de dedicar su vida al servicio de los demás. Y todo esto, lo hacía sin un interés en específico.

Solo quería que su virtud hablara por él y que se llamara a la moralidad. Sin dejar de lado, que no creía en la resurrección o lo que existía más allá de la muerte una vez que llegaba.

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