Embajada significado bíblico
Definición. El significado bíblico de embajada, es representación o conjunto de personas que trabajan bajo las órdenes de un embajador. En las escrituras, este personaje desempeña una labor espiritual al transmitir los mensajes de Dios de un sitio a otro.
La embajada tiene el propósito de dar cumplimiento a la palabra del señor a través de la difusión de su doctrina. Por lo general, los que mejor figuraban ahí eran los reyes, gobernantes o líderes con gran poder sobre la población.
Podríamos decir que la embajada concedía cargos de embajadores a personajes sobresalientes que siguieran los preceptos del creador. A diferencia de la actualidad, no contaban con oficinas o un espacio en el que se tratasen asuntos de gran relevancia.
La embajada en la era en la que vivimos, se refiere a aquellos que van a diversos lugares dando cumplimento a las órdenes de sus jefes de Estado.
La embajada y la comisión de Cristo
Las escrituras nos enseñan que el papel que tuvo la embajada en la antigüedad, fue muy importante. Los embajadores tenían que comunicar los actos, obras y milagros que Jesús realizó en vida. Estas cosas se hacían en viva voz a toda aquella persona que estuviese dispuesta a escuchar la palabra.
Al igual que una embajada moderna, existía un representante con la función de asistir a otros estados o países. La idea central de todo ello, era llegar al mayor número de gente que fuese posible, teniendo en cuenta las grandes coordenadas y la extensión del mundo.
¿Cómo eran los que pertenecían a la embajada de Cristo?
A través de las palabras que el apóstol Pablo nos dejó en el libro de Corintios, nos podemos dar cuenta de que los cristianos eran los que pertenecían a la embajada de Jesús. Recordemos que los que cumplen el papel de embajador, representan a un gobernante extranjero para formar un vínculo con otros países.
En este caso, Cristo era la figura central que se daba a conocer a lo largo de las latitudes, permitía construir relaciones sólidas por medio de su mensaje de vida. Entonces, quienes apetezcan integrar la embajada del hijo de Dios, tienen que ser hombres y mujeres dispuestos a convertirse en líderes.
Los que deseen estar en la embajada del señor, necesitan contar con toda la autoridad para hablar en su nombre. Además, deben ser cuidadosos en cada uno de los países que visite, manteniendo fiel sus costumbres y las tradiciones de su lugar de origen.