Ejercitado significado bíblico

ejercitado

Definición. El significado bíblico de ejercitado, es acción de estar preparado en algo, se trata de una característica de quienes maduran en Cristo.

Existen numerosos creyentes ejercitados en sus sentidos y en el discernimiento de las cosas que están bien y las que no. También hay otros que tienen gran paciencia, perseverancia y que creen en las promesas de nuestro señor.

Ejercitado en la palabra de Dios

Aquellos que se consideran maestros, se supone que son ejercitados en las enseñanzas de Jehová. Ellos no tienen necesidad de que se les vuelva a instruir, porque ya cuentan con la sabiduría necesaria para ello.

El hombre ejercitado, conoce que Jesús es el único salvador que llevó sus cargas en el camino hacia el calvario. Sabe lo que es necesario para cumplir el propósito que Dios estableció desde el inicio de los tiempos y hasta la eternidad.

Madurar y el camino de la salvación

Se podría asociar al ejercitado con aquel que posee gran madurez y entendimiento sobre el mundo espiritual. En el caso de los israelitas, tuvieron momentos en los que fueron necios para escuchar y ello les hizo desentender muchas cosas.

Antes de que un varón fuese ejercitado, tenía en su camino cosas que le impedían avanzar en la obra del señor. Por lo general, este tipo de personas eran tardas para oír, lo que quiere decir que se caracterizaban por ser flojos, negligentes o haraganes.

Los creyentes de la actualidad tienen la oportunidad de ser ejercitados y cuentan con la plena certeza de la salvación. Es importante que no se desvíen del camino y que no se hagan perezosos, sino imitadores de cristo, en quién heredarán las promesas del Padre Celestial.

Ejercitado en la piedad

Uno de los pasajes del libro de Timoteo nos invita a ser ejercitado en la piedad. En el devocional encontramos un mensaje relevante acerca de los consejos de Pablo a un joven Pastor. El apóstol le dijo todas las cosas que debía hacer para que el testimonio y el ministerio en el que obraba fuese exitoso.

Pablo no sólo ofrece sus recomendaciones para ser ejercitado en la piedad, sino que también deja instrucciones en cuanto a la administración de la Iglesia. Nos enseña que, para cumplir la obra de Jesucristo, necesitamos estar nutridos en la fe y en la doctrina que se cumple de manera correcta.

Aquel que es ejercitado en la piedad, cumple los preceptos de Jehová para con sus hermanos en la tierra.

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