Castración significado bíblico
Definición. El significado bíblico de castración es la denominación que se le da a un acto de castigo aplicado en la antigüedad. El cual consistía en cortar el órgano reproductor de los hombres, dando formación a los llamados eunucos.
La castración
Según el historiador Josefo, esta no era una práctica que realizaran los judíos, ni en los hombres ni en los animales. De hecho, en Israel se prohibía ejecutar estos actos, como se puede leer en Deuteronomio y levítico.
Heródoto, cuenta que esta era una costumbre que tenían los Orientales con el fin de hacer sufrir a los cautivos. En especial, se aplicaba en aquellas personas que estaban en la etapa de la pubertad.
Los individuos que recibían este tipo de mutilación, adquirían el alías de eunuco. Lo cual era una mancha en su reputación y por lo que en muchas ocasiones los apartaban de la sociedad judía. Sin embargo, en algunos textos, esta palabra en hebreo denominaba a un oficial.
Por lo que se intuye, que se le daba estos cargos a aquellos que castrados. De igual manera, tenía un significado de chambelán, así que también realizaban estas acciones en otros países y ciudades.
Menciones de castración en las sagradas escrituras
El término castración en la Biblia no aparece de manera escrita, no obstante se sobreentiende que alguien sufrió esta sanción cuando se le reconoce como eunuco. En los santos textos, se pueden encontrar una gran cantidad de personajes que no tienen sus genitales.
Entre las órdenes hebreas, no se permitía a los que sufrieron castración entrar en la congregación de Jehová. Isaías predijo que se quitaría la incapacidad de los eunucos y que se compensarían por dicha perdida.
La gente castrada no puede engendras hijos, por lo que muchos creían que no tenían ansías de poder. En tal sentido, en otras civilizaciones se utilizaban a los eunucos en altos cargos de confianza.
Se nos describe que uno de los faraones tenía varios castrados en los puestos de jefe de su guardia, el panadero y de copero. Al igual que lo eran los cuidadores de las puertas del palacio del monarca de Persia.
En Ester se habla de alguien que tuvo una castración en servicio de una reina, el cual cuidaba el harén real. Dentro de la corte de Joram y la de su padre antes de él se podía ver eunucos paseando.
En el palacio de David y en la de Josías también se presentaban castrados, pero estos eran extranjeros. A los que se les recibía y trataban bien.