Carismáticos significado bíblico
Definición. El significado bíblico de carismáticos es dones, se refiere a la gracia y el encanto que tiene un sujeto. Ayuda a los individuos a desempeñarse dentro de una misión en la iglesia. Es un don extraordinario que Dios les ha dado a determinadas personas para el bien común.
El carisma ayuda a que puedas cumplir con las obediencias hacia Dios. Aunque es ideal saber que con nuestro bautismo recibimos la gracia del Espíritu Santo, por lo que nos convertimos en carismáticos.
Quienes han podido reafirmar este don poseen la habilidad de motivar a sus semejantes para alcanzar los objetivos deseados. Son líderes y dirigentes dinámicos, permiten que los demás simpaticen con ellos. Es por eso que existe un movimiento de renovación cristiana, que pretende ayudar a dar más valoración a la vida.
Actividad de los carismáticos
Esto es una corriente que surgió en Estados Unidos en los años 60. Su objetivo es formar parte de una nueva época en la iglesia. Durante sus reuniones un grupo se reúne para invocar al espíritu santo y comprender la palabra de Dios. También hacen enseñanza de ello para tratar de que todos la entiendan.
Los grupos que están a cargo de este movimiento, se proyectan hacia las demás personas. Tienen la capacidad de ayudar, inspirar, y afectar de buena manera a quienes los siguen. Su objetivo es tratar de causar buena influencia.
Los que aprovechan de este don que Dios les ha dado, son personas que acercan a otras hacia el Todopoderoso. Buscan reavivar la comunidad cristiana, leyendo la Biblia y rezando todos en conjunto. Trabajan para salvar la humanidad y mantener unidos a todos. Son personas a las cuales el espíritu santo los ha ayudado recibiendo la voluntad de Dios.
Carismático en la Biblia
Nos encontramos muchas referencias de personajes que se bendijeron con el don carismático, la primera de ellas fue María, la madre de Jesús, quien recibió al espíritu y se llenó de la gracia. También nos encontramos con guerreros y profetas que fueron parte de estos movimientos.
Jesús, de igual manera, fue un carismático al servicio de Dios. Ya que quería la transformación de los hombres para qué se entregarán o se convirtieran en creyentes. Claro está, que los carismáticos deben actuar como un instrumento para acercar a las personas a la iglesia y al Todopoderoso. Jamás incitar malos actos ni daños al prójimo.