Baal-Berit significado bíblico

baal-berit

Definición. El significado bíblico de Baal-Berit es dueño de un pacto. También se usa el término El-berit para indicar Dios de un acuerdo. Por lo general, se utiliza esta expresión en referencia a una deidad pagana, que se adoraba en las naciones vecinas del Israel antiguo.

¿Por qué los israelitas veneraron a Baal-Berit?

Gedeón era descendiente de la tribu de Manasés, un escogido de Jehová para liderar al pueblo en unos de los momentos más turbulentos de la historia. Los madianitas estaban oprimiendo a Israel, así que Dios por medio de Gedeón logró de una forma milagrosa que su gente derrotará a ese ejército.

El hecho de que se emplearan tan pocos hombres, era para que las personas supieran que fue por la intervención divina que se eliminó a la tropa enemiga. Sin embargo, después de la muerte de Gedeón, los Israelitas fueron infieles una vez más.

Ellos decidieron adorar a Baal-Berit que estaba en Siquem. La razón de escoger a esta deidad en particular, puede ser porque a este se le atribuye la vigilancia al cumplimiento de los pactos. Para ese tiempo, estaba gobernando Abimélec en esa zona con mucha violencia.

Además de haber engañado a todos para que lo eligieran como rey. Ante esta situación los Siquemitas se sentían descontentos, porque la persona que debía dirigirlos, los trataba con dureza. En una ocasión, estaban realizando una fiesta en honor a Baal-Berit.

Las razones de Abimélec para la matanza en el templo de Baal-Berit

Tal vez debido a la influencia del vino Gaal, incitó a los demás a rebelarse contra el rey. Él hizo un reto público, donde desafía al rey a reorganizar su ejército. Cuando Zebul, el príncipe de la ciudad, supo lo ocurrido, se lo informó al rey.

Zebul le sugirió Abimélec que llegaran en la noche, con la finalidad de que sorprendieran a los rebeldes. Así que las tropas se dividieron en cuatro grupos, dispersos en distintas partes de Siquem. Estuvieron al acecho, hasta que Gaal salió a la entrada de la ciudad, se encontró con la emboscada.

Aunque los rebeldes se enfrentaron al ejército del rey, no lograron derrotarlos. Más bien tuvieron que huir hacia el refugio del templo. Cuando Abimélec se enteró de que estaban allí, organizó a los hombres para que fueran hasta la casa de Baal-berit.

Todos tenían palos con los que encendieron al templo. En ese día murieron unas 1000 personas, entre hombres y mujeres. Eso era parte del castigo por haber abandonado al Dios verdadero.

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