Agag significado bíblico
Definición. El significado bíblico de Agag es fuego ardiente. Es probable que ese término se refiriera a un nombre o título que se aplicaba a más de un rey de los amalequitas. Esto no era una costumbre inusual, ya que los egipcios llamaban a su máxima autoridad: Faraón. Es por eso, que se cree que algunos reyes de esa nación tuvieran esa denominación.
Vídeo sobre el significado bíblico de Agag
¿Qué debía hacer Saúl con Agag y su pueblo?
Cuando los israelitas salieron de la esclavitud, los amalequitas se enfrentaron y lucharon contra ellos. Esto fue una ofensa grande para Jehová, quien le comunicó a Samuel que debía decirle al rey que era el momento de vengar ese agravio. Su comisión consistía en matar a todos los habitantes sin importar la edad, además esto incluía a los animales.
El monarca reunió su ejército y le preparó una emboscada a la gente de Amalec. Sin embargo, no cumplió al pie de letra las instrucciones que le dieron. Aunque le quitaron la vida a muchos seres vivos, entre personas y ganado, no los exterminaron a todos.
Él aceptó que los soldados conservaran a los mejores animales y no asesinó a Agag, el rey. Así que Jehová se comunicó otra vez con el profeta y le indicó lo que pasó. Al amanecer, Samuel salió a buscar a Saúl. Al verlo, le cuestionó el por qué escuchaba el grito de las bestias. A lo que el monarca se excusó, admitiendo que cedió a la presión del ejército que querían utilizarlos como una ofrenda.
¿Cuáles fueron las consecuencias para Saúl y Agag?
Samuel le explicó al rey que Jehová consideraba más valioso la obediencia que las ofrendas quemadas. Por eso, lo que hizo no tenía justificación alguna. Ahora bien, así como él le había dado la espalda a la palabra de Dios, entonces se le rechazaba como monarca. Al escuchar esta sentencia, este quiso que el profeta intercediera para que fuera perdonado, pero ya no había marcha atrás.
En cuanto Agag, Samuel lo mandó a llamar, él fue a regañadientes porque creía que el peligro de muerte ya había pasado. Sin embargo, el profeta no pretendía dejar los propósitos de Jehová a medias. Él dijo al prisionero que su arma privó de hijo a mujeres, ahora tu madre tendría que vivir lo mismo. Así que, tomó una espada y despedazó al hombre delante de Dios. Después de ese día, Saúl y Samuel no se volvieron a ver.