Acaya significado bíblico

acaya

Definición. El significado bíblico de Acaya es provincia del imperio romano. Este territorio limitaba con los distritos de Epiro y Macedonia. Fue un lugar muy concurrido por el apóstol Pablo cuando visitaba a los cristianos. Además, abarcaba una extensión que incluía la península de Peloponeso y otras áreas de Grecia.

Vídeo sobre el significado bíblico de Acaya

¿Cuáles eran las características de Acaya antes de ser conquistada?

Previo al año 146 a. e. c. esta era una pequeña región que estaba cerca del golfo de Corintio y en la actualidad, existe un sitio con el mismo nombre. Cuando Homero, el poeta, le dirigió unos versos a los griegos, se refirió a sus habitantes como los aqueos. La razón era la importante asociación entre las ciudades, a la que se llamó Liga Aquea.

Para ese momento, eran el grupo político más influyente y activo de Grecia. Cuando los romanos conquistaron ese territorio, llamaban a todo el país como Acaya, debido a su importancia y relevancia en comparación con otros sitios. Eso hizo que fueran un poblado muy adelantado y con mucho comercio.

César Augusto, uno de los gobernantes romanos, decidió en el año 27 a. e. c. reorganizar a las provincias griegas. Estas incluían a Macedonia y Acaya. Esta última quedó conformada por Peloponeso y la zona continental del país. Su capital era Corinto y estaba bajo la administración del senado romano. Algunas de las ciudades que componían este distrito, son: Cencreas y Atenas.

Debido a las quejas de sus habitantes, en el año 15 E. C. Tiberio decidió que Acaya y Macedonia, estuvieran bajo la vigilancia imperial. Así se podía controlar los problemas con los altos impuestos que se le aplicaban al pueblo. Sin embargo, en el 44 E. C., el emperador Claudio revirtió esta decisión. De esa manera, estas provincias estarían bajo la supervisión del senado, por medio de un representante que asumiera su mandato desde Corinto.

Importancia de Acaya en el registro bíblico

Como antes, no se conocían los cambios que realizaron ciertos emperadores de Roma, algunos especialistas llegaron a criticar las santas escrituras. Esto lo hicieron, porque en ella se menciona que Pablo lo llevó los judíos ante Galión, el encargado de ese tiempo. Sin embargo, cuando fue descubierta una inscripción en Delfos, se logró verificar la existencia de Galión. Con eso se demostró que Lucas, el autor de Hechos, tenía la razón.

Los cristianos que habitaban esta región, se destacaron por su generosidad hacía los santos de Jerusalén. Para ese momento, la pobreza aumentaba entre los seguidores de Cristo. Por esa razón, sus compañeros de Acaya les enviaron provisiones a los más necesitados.

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