Úlcera significado bíblico
Definición. El significado bíblico de úlcera, es enfermedad que se acompaña de llagas y secreciones de pus y que se localiza de forma muy variada en el cuerpo humano. Las más frecuentes, son las que se encuentran en la pared del estómago.
La úlcera y las plagas de Egipto
La úlcera fue una enfermedad que se manifestó en una de las nueve plagas que Jehová le envió al faraón y a su pueblo. Él les dijo a Aarón y a Moisés que tomaran puñados de ceniza de un horno y las esparcieran hacia el cielo delante del gobernante.
Esta hazaña causó que se produjera un sarpullido con úlceras no solo en los hombres y mujeres del país de Egipto, sino también en los animales y bestias.
La Biblia nos dice que los que eran hechiceros, tuvieron úlceras en la piel, por lo que, no podían estar delante de la presencia de Moisés. Además, el faraón no desistió porque tal como lo dijo Jehová, su corazón se había endurecido.
La úlcera y las consecuencias de la desobediencia
En los capítulos del libro de Deuteronomio encontramos la segunda referencia bíblica de la úlcera. Se corresponde con la desobediencia y los castigos procedentes de Dios para que sus hijos hicieran caso de sus mandamientos.
En tal episodio se habla de una serie de maldiciones como la úlcera destinada a quien no cumpliera con sus estatutos. También se hace mención de la destrucción a causa de la maldad de los hombres, aquellos que se prostituyeron con falsas deidades.
Dios dijo que traería sobre ellos la mortandad, hasta que la tierra les consumiera por completo. La razón es que, el señor no toleraba a los hijos desobedientes que no creían en sus palabras y promesas de vida. Él quería un pueblo que le fuese fiel en todo momento.
Las enfermedades bíblicas y la úlsera
Como bien sabemos, la úlcera es causa de la iniquidad de los hombres en la tierra. En la época antigua, se le relacionaba con otras enfermedades mortales como la tisis, la fiebre, inflamación o el ardor en el cuerpo.
Por todas estas razones, Jehová hirió con úlcera al pueblo de Egipto, también con tumores, sarna y comezón en la piel, de la que nadie obtendría cura alguna. Ciertos personajes llegaron a padecer ceguera y turbación de su espíritu. Así de severo fue el castigo del padre santo por los pecados cometidos por tal nación.