Sara significado bíblico

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Definición. El significado bíblico de Sara es el nombre de la mujer y esposa de Abraham, a quien Dios bendijo. Pues, cuando se encontraba en una avanzada edad, le permitió salir embarazada y así traer al mundo a su hijo.
De forma original se llamaba Saraí, no obstante, el creador le dijo al profeta que le dijera Sara desde ese momento. Pues, ese apelativo significa princesa en el idioma hebreo.

Vídeo sobre el significado bíblico de Sara

Apariciones de Sara en las sagradas escrituras

El término Sara en la Biblia es un vocablo recurrente en el libro del Génesis, ya que ella acompañó a su esposo en muchas de sus vivencias. Se sabe muy poco de ella, pues estos textos no hablan de sus primeros años.

Se dice que estaba emparentada por línea paterna con Abraham, pero esto no se confirmó. En el viaje a Egipto, se hicieron pasar por hermanos, porque su marido tuvo miedo de que la mataran por su belleza. En varias ocasiones intentaron procrear, no obstante, parecía que Sara era estéril.

Con el fin de asegurar la descendencia de este elegido, tomó a una de sus siervas y se la entregó a su hombre. Ella era Agar, una mujer egipcia que se acostó con Abraham y le dio como hijo a Ismael. Esta era una costumbre que tenían en un pueblo donde vivieron, por lo que era casi una obligación hacerlo.

Posterior a esto, el rey de los cielos le hizo la promesa que podría engendrar un muchacho, a lo que ambos no creyeron mucho, pues eran muy viejos. Cuando los dos tenían casi las 100 primaveras de vida, se cumplió lo prometido y nació Isaac.

Sara hace que exilien a Ismael

Agar menospreciaba a Sara, por lo que esta le empezó a maltratar a su sirviente. En una oportunidad, huyó al desierto con Ismael aún en su vientre, pero Dios la hizo volver hablándole de forma directa.

Mientras iban creciendo, se generó una rivalidad entre los hermanos, por lo que Sara exigió que Ismael y su mama se fueran de la casa. El todopoderoso abogó por Sara dándole la razón y Abraham cumplió, exiliando a su primogénito y a la esclava. Por lo que ahora sí tuvo que sortear las arenas.

Cuando partieron de Harán a Canaán ella tenía 67. Sara falleció a los 127 años y la sepultaron en una cueva. Su fe le otorgó la recompensa esperada y Pedro la describe como un ejemplo de lo que debe ser una cristiana en el mundo.

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