Premio significado bíblico

premio

Definición. El significado bíblico de premio, es recompensa o galardón que se otorga a alguna persona gracias a la obtención de sus méritos. En la actualidad, se le emplea al ganar carreras o juegos deportivos, tratándose de una especie de incentivo que motiva a los competidores.

El premio o recompensa en el cielo

El premio también existe en el plano celestial, así podemos verlo en los pasajes de Lucas o Corintios. Los hijos de Dios pueden obtener tal recompensa por medio de las obras que realicen a lo largo de sus años y experiencia en la tierra.

Las buenas acciones merecen recibir premio por parte del señor, nos conducen a ganar el favor de encontrar la vida eterna. Recordemos que el tribunal de cristo es justo para los hombres y mujeres que obedecieron los estatutos del padre, cumpliendo con las leyes que nos legó desde la época de Moisés.

El premio de la vida en Cristo

Uno de los principales premios que obtendremos al seguir el camino del salvador, es compartir la recompensa que Dios le dio para la eternidad. El hecho de que Jesús nos librara de la condena o el castigo perpetuo, es bastante significativo.

Los pasajes de Colosenses contienen un mensaje especial respecto al premio que podemos recibir de la mano del hijo de Dios. Nos indican que con él vivimos, morimos, pero también, compartimos su gozo.

El mayor premio que podemos tener, es permanecer de manera eterna al lado del señor y de nuestros seres queridos. Dentro del reino que Dios nos promete, habitaremos con la presencia divina, las vidas de los humanos estarán ligadas a la de Jesús.

Seremos los herederos del padre celestial y los coherederos con cristo. Los padecimientos de la tierra se convertirán en glorificación y honra. Las cosas que hacemos a diario solo son permanentes si permanecemos en la fe con la finalidad de obtener la recompensa o premio que ganaremos en el cielo.

La carrera cristiana por el premio mayor

En hebreos 12:1 la Biblia nos enseña lo siguiente 'Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestra tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácil nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante hacia el premio'.

De estas palabras podemos aprender que la salvación de Dios está próxima para quienes, a pesar de las vicisitudes, aún perseveran en sus leyes y ordenanzas.

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