Carrera significado bíblico

carrera

Definición. El significado bíblico de carrera, es deporte que ejercían los antiguos y que aparecen registrados en el Viejo y Nuevo Testamento. Se trataba de prácticas a pie o en carros en los que se competía con el fin de salir victoriosos  y alcanzar el primer lugar.

Vídeo sobre el significado bíblico de Carrera

En Roma, la carrera se realizaba en sitios que hoy conocemos como estadios. Asimismo, los salmistas emplearon frases en donde los hombres corrían de manera alegre y los comparaban con el sol o con símbolos que representaban la fuerza y la virilidad.

Por su parte, los competidores de la carrera griega contaban con una meta, una pista y un inicio desde el cual, se desplegaban. Además, se les otorgaba un premio a los que resultaban ganadores,  que consistía en una corona o guirnalda. En tanto que, los nombres de sus familias de procedencia se anunciaban por todo lo alto.

La disciplina de la carrera

Los atletas griegos que deseaban alcanzar el éxito en la carrera, colocaban a sus dioses por delante de ellos para llevarse el título de héroe. Con todo esto, nos damos cuenta que el deporte jugaba un rol importante en sus vidas y que les permitiría convertirse en hombres de renombre.

Por su parte, sobresalían diversas disciplinas de carreras largas, pentatlón, tiro con arco, entre otros. Si una persona quería convertirse en atleta, debía cumplir una serie de requisitos y abstenerse de las cosas que castigaran su cuerpo. Así también, de los placeres de la carne.

Dios y la carrera espiritual

En algunos pasajes de la Biblia, aparecen versículos que sugieren que la victoria no era de los más veloces, sino de los más sabios. El apóstol Pablo, fue uno de los hombres que alegó que la carrera simbolizaba la vida espiritual. Pues, los atletas poseen características como la tenacidad para entrenar que los prepara en sus metas.

En este sentido, es importante ejercer el propio dominio con el fin de ganar el agrado del Padre Celestial. Así como los corredores obtenían una corona de laureles, debemos esforzarnos para entrar en el reino de los cielos. Y todo ello, es posible lograrlo por medio de la fe, la perseverancia y la paciencia.

En contraparte, es esencial vencer y ganar la carrera hacia los designios del mal. Pues, Jesucristo tiene un propósito en nuestras vidas y alcanzar la santidad no es una tarea sencilla. Requiere que nos cobijemos en el espíritu del Señor y de esta forma, limpiarnos de la contaminación de la carne.

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