Matán significado bíblico
Definición. El significado bíblico de Matán, es nombre que llevaron varios de los hombres que vivieron en la época del antiguo testamento. Formó parte de la descendencia de Cristo a través de Eliud, Jacob y Eleazar. La traducción del término hebreo quiere decir regalo de Dios.
Matán, el sacerdote de Baal
En los registros del libro de los reyes y en la historia donde figura Matán, aparece el personaje central de Atalía, quien destruyó a la familia real de Judá para hacerse con el poder. A su pequeño hijo de siete años de edad se le protegió y coronó por rey, mientras que el sacerdote llamado Joiada, destruyo el templo de Baal.
Este último personaje, que era miembro importante de la iglesia, fue el que se encargó de sacar a la familia real a través de los jefes que gobernaban el ejército. Por lo tanto, le dieron muerte a Atalía, pero no en el templo de Jehová, sino en el camino por el que entraban los caballos a la casa del rey.
El sacerdote Joiada fue quien se encargó de que le quitasen la vida a Matán delante de los altares. El motivo para esto fue el pacto que realizó con Jehová y el rey del pueblo porque ahora se convertirían a la fe y se alejarían de todo lo que estuviese que ver con las falsas imágenes y con la adoración a otras deidades.
Luego de lo acontecido con Matán, se colocó guarnición en el templo de Dios y el nuevo gobernante se sentó en su trono. Los del pueblo se regocijaron porque ya no le sobrevendría el mal a su ciudad.
La conspiración de Matán contra Jeremías
Matán fue uno de los que conspiró en contra del profeta la vez que le arrojaron en la cisterna sucia debido a la frustración que sentían. Hay que señalar que Jeremías tenía perfecta libertad en el tribunal de la guardia, pese a ello, los príncipes resolvieron un medio para que callase su boca y no dijera nada en su contra.
Una de las cosas más efectivas por parte de Matán y sus compañeros que detendrían al profeta, fue arrojarlo al pozo Miry con la finalidad de que muriese de hambre sin que nadie le encontrara. Allí, todo estaba húmedo y oscuro, sin embargo, Dios siguió presente para ayudarle a soportar e infundirle fuerza. Sus recompensas fueron grandes al premiar la conducta y la fidelidad de sus fieles.