Hasufa significado bíblico
Definición. El significado bíblico de Hasufa, es nombre de cabeza de familia de los sirvientes del templo. Junto con Nefisesim, retornó del exilio Babilónico al que se sometieron los israelitas. La traducción del término hebreo quiere decir desnudez.
Hasufa y los que retornaron con Zorobabel
El personaje Hasufa es parte de los registros del libro de Esdras que hacen referencia al exilio babilónico. Él fue uno de los hijos de la provincia que subió del cautiverio, al cual Nabucodonosor, quien era el rey, les sometió por largo tiempo.
Una de las razones por las que Hasufa se encontró en esta posición, es por la desobediencia que le caracterizó a él y a los demás miembros del pueblo de Israel. Estas personas hicieron enojar a Jehová, quien les castigó, enviándolos en manos de un gobernante extranjero.
Pasado un tiempo, el señor aún no se olvidaba de su pueblo, por eso decidió liberarlos de la esclavitud. Es así como Hasufa y sus hermanos en la fe volvieron a cada una de sus ciudades, entre ellas estaban Jerusalén y Judá.
Ahora bien, de los que retornaron con Hasufa y Zorobabel, también se encontraban Jesúa, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardoqueo, entre otros más.
Hasufa y el número de los varones de Israel
En el Antiguo Testamento se tiene registro del total de los varones israelitas que volvieron a repatriarse. Es así como se hace referencia no solo a Hasufa, sino a los hijos de Paros, los de Sefatías o los de Elam.
Entre el pueblo que acompañó a Hasufa, también estaba el conjunto de los sacerdotes, de los cuales se registró un total de mil doscientos cuarenta y siete. A su lado iban los levitas y los porteros, por todos, ciento treinta y nueve.
La sección de Hasufa es la de los sirvientes del templo, aquí no solo aparecen sus hijos, sino los de Ziha, Tabaot o Queros. Con ellos estaban los descendientes de los siervos de Salomón, que también arrojaron un buen total.
Hasufa y lo qué sucedió después
La Biblia nos muestra un registro claro de todos aquellos que subieron de la provincia y que se instauraron en sus ciudades de nacimiento, como lo fue el caso de Hasufa. Cabe resaltar que, entre los sirvientes del templo y los hijos de los siervos de Salomón, hubo un total de trescientos noventa y dos.
Algunos de los sacerdotes no encontraron su registro en las genealogías y por ello se les excluyó de su oficio. Todo esto hasta que consultaran la suerte con Urim y Tumim. Poco después, la congregación se unió como un solo hombre y entre ellos eran cuarenta y dos mil trescientos sesenta.