Espantar significado bíblico
Definición. El significado bíblico de espantar, es acción de causar o infundir miedo en las personas. Podría asociarse este término con fenómenos sobrenaturales o con eventos en los que los malos espíritus intentan acabar con la buena voluntad de los hombres.
Espantar las aves de rapiña
Existen varios pasajes bíblicos que hacen referencia a la palabra espantar. En este caso, en particular, se alude a las aves de rapiña que pretendían dañar una ofrenda dedicada a Jehová. Esto tiene que ver con una promesa que realizó Dios a sus hijos, en cuanto a su herencia en la tierra.
El señor le dijo a Abraham que él era su escudo y que su galardón sería más grande de lo que pudiese llegar a imaginarse. El día que se procedió a espantar a las aves de rapiña, el Altísimo entonces le pidió una ofrenda a su siervo, quien hizo caso de sus palabras con toda su devoción.
En el evento de la alabanza y el sacrificio de Abraham para Dios, sucedió algo curioso, y es que había aves de rapiña sobre los cuerpos muertos a las que era esencial espantar. Ellas pretendían arruinar la ofrenda, lo que implicaba irrumpir en la promesa que el padre santo concibió a su hijo.
Enseñanza de espantar las aves de rapiña
El capítulo que nos habla del acto de espantar las aves de rapiña, también nos enseña la forma en la que Abraham enfrentó la experiencia. Él deseaba que la promesa del señor se cumpliera y aguardaba con fe su recompensa.
Las aves de rapiña a las que el hombre se encargó de espantar, representan los espíritus malignos y los demonios que vuelan por los aires para hacer daño a los hijos de Dios. Tratan de arremeter todo lo posible por quitarnos la esperanza y por quedarse con los premios.
El mal que debemos espantar
Es importante estar al tanto de las cosas malas que nos acechan a diario y que tenemos el deber de espantar. Hay personas que intentan tomar lo que no les pertenece o meterse con la paz del prójimo. Atacan nuestros pensamientos con dudas que provocan inseguridad en todo lo concerniente a la iglesia de Jesús.
Es importante espantar a los espíritus del mal que nos causan pánico y que corroboran en las peores circunstancias de la vida. No dejemos vencernos por el desánimo o el abatimiento, es evidente que el desaliento lo generan los espíritus que no son de Dios.