Bien significado bíblico

bien

Definición. El significado bíblico de bien, es la acción de perfección que enaltece el espíritu de los seres humanos como hijos de Dios. Es muy cierto que existen actos agradables o desagradables para el Padre Celestial, pero al darnos libre albedrío, somos capaces de discernir entre ellos.

En la Biblia, el bien es una palabra que enmarca servicio, colaboración y entrega para con nuestros semejantes. No importa la forma en la que otra persona nos trate, debemos ser humildes y estar dispuestos a mostrarles el buen camino.

Vídeo sobre el significado bíblico de Bien

Hacer el bien y los estatutos de Dios

Por su parte, en las sagradas escrituras se nos indica que hay diversas formas de ejecutar el bien al prójimo. Una de ellas, es por medio del consuelo a los menos favorecidos. Es por eso, que es importante brindar cobijo a quien lo necesite o proporcionarle alimentos. Cuando Cristo estuvo en la tierra, se encargó de sanar enfermos y arropar a quienes vivían en situación de calle.

En la Biblia, podemos observar que hacer el bien es bueno para el alma. Es una acción que nos enseña e infunde el amor que Dios siente por nosotros. El padre desea que sus hijos ayuden a los demás y estén dispuestos a crear un mundo mejor que pueda convivir en paz.

Jesús y el bien

En los escritos del Nuevo Testamento, se nos indica que la vida y obra de Jesucristo siempre se trató de hacer el bien. Demostró su inmenso amor al mundo y perdonó sus pecados por medio de la crucifixión. Asimismo, protegió a las personas que eran impuras, pero que merecieron otra oportunidad para hacer las cosas de forma correcta.

A pesar de que sus detractores le trataron mal, Jesús siempre hizo el bien. Su enseñanza aparece en romanos 12:20 de la siguiente forma 'Y si tu enemigo está pasando hambre, dale de comer; si tiene sed, de beber. Haciendo esto, amontonarás carbones encendidos sobre su cabeza.' Lo que nos indica que sin importar lo que ocurra, no debemos defraudar a Dios con malas acciones.

Efectos de actuar bien

Es un hecho que si nos comportamos bien y ejecutamos buenas obras ante los ojos del Señor, seremos recompensados con la vida eterna. Y es que, no es solo con ir al cielo, sino que empezarán a ocurrirnos cosas buenas. Teniendo en cuenta, que todo efecto tiene una reacción y si somos justos con los demás, se generará una cadena de favores.

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