Caridad significado bíblico

caridad

Definición. El significado bíblico de caridad en latín es 'carĭtas', 'caritātis', qué significa la disposición de quien actúa de forma desinteresada, en ayudar al prójimo, sin esperar nada a cambio. De tal manera, la caridad representa a las acciones de generosidad, brindando apoyo a las personas que lo necesitan.

Vídeo sobre el significado bíblico de Caridad

¿Qué es la caridad en el plano espiritual?

En las sagradas escrituras, la caridad reside en la inclinación a Dios y en el amor a sus semejantes, de forma desinteresada. Requiere del servicio en hacer el bien, generando en el espíritu los afectos de paz, gusto, alegría y misericordia. En tal sentido, la caridad se halla en el interior de la integridad cristiana.

La caridad se destaca en la existencia de toda persona religiosa. Tal como se aconseja en el apostolado del catolicismo, en ella se encuentra el fundamento del cristianismo y de las predicaciones de Jesús. De tal manera, no se concibe tener una vida cristiana dejando al margen la caridad.

Caridad es sinónimo de altruismo, beneficencia, desinterés. Se estima la más notable de las virtudes teológicas, sobresale a la esperanza y a la fe. Del mismo modo, el propósito de la caridad es amar al creador, especialmente ante todo, 'Amaos, los unos a os otros'.

Características destacadas de la caridad

Se origina, por el favor y gracia divina esparcida por el espíritu santo en los corazones de cada uno de nosotros. Jesús es el modelo preponderante de la compasión. Su proceder se encuentra fomentado en el amor a el Todo Poderoso, a la humanidad, específicamente hacia las personas más humildes y desamparadas.

Reside en la disposición de los hombres, en la determinación razonable, sensata y justa de las cosas. Es un valioso ejemplo de actitudes para el apoyo desinteresado frente al prójimo. El hacer el bien, en la medida que podamos, enfatizando la reciprocidad entre las personas, así como también el amor hacia Dios.

Su motivación es dada a todos nosotros a través de la benevolencia divina para percibir por intermedio de la fe. Debemos recibirla como un bien infinito hacia la paz y tranquilidad. Hacia el credo en el ser supremo, ya que vivimos conforme a sus enseñanzas.

Su alcance se encuentra mucho más allá de los acontecimientos externos y muy cercano a nuestra alma. Por tanto Dios siempre se va a mantener a nuestro alcance. Vivimos con hechos que nos proporcionan serenidad y otros que nos inquietan.

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