Baal-Tamar significado bíblico
Definición. El significado bíblico de Baal-Tamar es dueño de la palmera. Aunque su ubicación actual es inexacta, se cree que para el tiempo de los jueces de Israel, era una ciudad cercana a Guibeá. Ambas pertenecían a la región de Judá y había un camino hacia Belén.
¿Qué le sucedió a un levita, en un lugar cercano a Baal-Tamar?
Un joven de la tribu de Leví se buscó una concubina de Belén de Judá. Esta le fue infiel y regresó a casa de su padre por cuatro meses. Al finalizar ese tiempo, el hombre fue allá y la convenció de volver con él. Tanto ella como su progenitor se alegraron mucho. Así que un buen día emprendieron el camino de retorno.
Ellos salieron muy tarde de la casa del suegro, por eso, el levita decidió llegar hasta Guibeá de Benjamín para descansar. Al entrar, se quedaron en la plaza esperando que alguien les ofreciera hospedaje. Allí se le acercó un anciano proveniente de Efraín y que vivía en el sitio. Este lo convidó a quedarse en su vivienda.
En la madrugada, unos hombres despreciables de la ciudad rodearon la casa exigiendo que sacará al levita para tener relaciones con él. El anciano, quería evitar la deshonra de su invitado, así que echó afuera a la concubina de este. La banda la violó durante toda la noche y su esposo la consiguió, murió en sus brazos. Él la descuartizó y envió un pedazo a cada territorio de Israel para que se resolviera el caso.
¿Cómo fue la batalla en Baal-Tamar?
Todos los israelitas quedaron horrorizados con lo que habían hecho sus hermanos. Así que se resolvieron que ninguno regresaría a sus casas hasta que se hiciera justicia. Por eso, enviaron a unos mensajeros a la ciudad de Guibeá, para que los culpables comparecieran ante ellos. Sin embargo, los benjaminitas no quisieron hacer caso.
Así que se armó un ejército de 400.000 soldados con mucha experiencia y subieron a Betel a consultar con Dios, sobre sus estrategias para pelear con esta tribu. Esto se debía a que el clan de Benjamín también tenía milicias de élite.
Sin embargo, como contaban con la bendición de Jehová, se colocaron en formación de batalla en Baal-Tamar y a otros los emboscaron en su misma ciudad. A la final, no quedó en la tierra ni un solo culpable. Todos murieron (incluido tanto hombres como animales) por la espada porque habían pecado.