Anab significado bíblico

anab

Definición. El significado bíblico de Anab, es ciudad que se encontraba en una zona montañosa y cuya conquista se le asignó a Josué. Todo ello, poco después de que venciera a los enemigos anaceos y que luego se le dio como territorio a Judá, a la par de Anim y Estemoa.

Por su parte, el término Anab proviene del hebreo Anâb que se traduce en español por nudo o ciudad que alberga uvas. En cuanto a su ubicación, se sabe que se situó al sudoeste de Judá y que estaba bastante próxima con el noroeste de Hebrón.

Vídeo sobre el significado bíblico de Anab

De hecho, a Anab se le menciona numerosas veces en algunos textos de origen egipcio y que figura dentro de varios mapas antiguos. Siendo parte de jeroglíficos de Ramsés II yy Seti I que en la modernidad se desentrañaron para entrever sus secretos.

A la par, ciertos investigadores identificaron a Anab con la localidad de Khirbet que estaba a medio camino entre Hebrón y Beer-seba. Incluso, se alega que su nombre original era Quiryat-anab, pero con el paso de los días sufrió una reducción que le dejó a como la conocemos hoy.

Anaquim y los pertenecientes a Anab

En los tiempos antiguos, existió una región montañosa en la que habitaron seres de tamaño extraordinario y a los que los hombres les temían. Entre ellos, destacaron Ahimán, Sesai y Talmai, y los tres provenían de Anaquim. También, se ubicaban en Hebrón.

Por la misma época, se les encomendó a los doce espías hebreos la misión de visitar sus tierras, por lo que, se percataron de esta raza. Así pues, el miedo los infundió y fueron a avisar a sus superiores la terrible experiencia que presenciaron.

Diciéndoles que estos seres eran de gran estatura y poseían fuerza. A partir de allí, surgió el dicho de ¿Quién es capaz de estar firme delante de los hijos de Anab?

Antes esta situación, Josué avanzó por la tierra de Canaán porque tenía el objetivo de vencer a los que residían en Anaquim. Por ende, pasó por Anab y destruyó sus ciudades montañosas. Más adelante, algunos de esos territorios se les concedieron a hombres como Caleb, tratándose de una promesa que Dios les hizo.

Siendo así, que tanto Josué y sus guerreros salieran victoriosos al respecto al cumplir la voluntad del Señor. A pesar de que no se sabe con certeza si los de Anaquim tenían parentesco con otros enemigos como los filisteos, es posible que fueran pueblos con alianzas entre sí.

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