Satisfacción significado bíblico
Definición. El significado bíblico de satisfacción, es sentimiento personal que genera bienestar, gozo o placer y que se presenta cuando se colma un deseo, una necesidad o una meta. Se trata de una acción y efecto grato que incentiva a la gente a mediano y largo plazo en la realización de sus proyectos o en el hecho de adorar a Dios.
La satisfacción no sólo puede sentirse por sí mismo, sino también por otras personas que integran parte de nuestro núcleo familiar. Esto denota un estado de confianza y plena seguridad que a la vez, es capaz de generar placer.
Vídeo sobre el significado bíblico de Satisfacción
https://www.youtube.com/watch?v=KjzvPA16UoQ
Dentro del contexto sagrado, la satisfacción tiene que ver con las partes del sacramento de la penitencia de los hombres, en donde se debe pagar con obras de acuerdo a las culpas o pecados que se cometieron.
Importancia de la satisfacción
La satisfacción nos hace sentirnos bien respecto a cualquier acontecimiento de la vida que tenga que ver con los anhelos. Los seres humanos somos curiosos y desde muy pequeños deseamos explorar el mundo que nos rodea. La búsqueda de la felicidad se relaciona de manera estrecha con esta palabra.
La satisfacción es importante porque nos permite sentirnos inconformes con ciertas cosas derivadas de los deseos y propósitos. Los cristianos tienen que trabajar y luchar para alcanzar la consecución de sus metas y cumplir los planes que Dios les concedió.
Es común apreciar un sentimiento de poca satisfacción cuando no se tienen en mente cosas a futuro. Sin embargo, al conocer a Dios entendemos que nuestros deseos nunca son débiles para volverse realidad.
La satisfacción de los apóstoles
La Biblia nos reitera numerosas veces la satisfacción que sintieron los discípulos de cristo durante la compañía que le proporcionaron cuando dio su paso por la tierra. Pablo fue uno de los que dijo que era capaz de regocijarse en debilidades, insultos o privaciones con tal de seguir a Jesús y hallar el camino que le conduciría hacia la vida eterna en el paraíso.
Pablo encontró la fuente de su satisfacción en la presencia del hijo de Dios. Podemos entender entonces que a pesar de las cosas malas que le ocurrieron, siguió en pie y nunca se rindió. Esto a la larga trajo su recompensa porque el señor premió su lealtad al ser uno de los que le brindó mayor difusión al evangelio.
Este mensaje de satisfacción por parte del apóstol nos invita a reflexionar y a seguir luchando por las metas y objetivos que queremos alcanzar en la vida.