Palmera significado bíblico
Definición. El significado bíblico de palmera es una planta que proviene de la familia de las palmas. Se caracteriza por tener un tronco cilíndrico, áspero y cubierto de hojas largas con un nervio recto y leñoso. Estas forman una corona en la parte superior del árbol, donde salen las flores de color verde y después da su fruto. Los dátiles son comestibles para el ser humano.
Vídeo sobre el significado bíblico de Palmera
¿Qué representaban las palmeras en la antigüedad?
A estas plantas se les relaciona con un lugar de cobijo, si se transitaba en el desierto. En la Palestina del pasado, la palma datilera solo se encontraba en esta región y en lo que se conoce como el valle del Nilo (Egipto). Eran una fuente de descanso tan importante, que el emperador romano, Vespasiano, mando a elaborar unas monedas con una mujer llorando, sentada en una palmera.
Las personas que viajaban por el desierto, se enfrentaban a condiciones inhóspitas, un calor abrasador y un sol ardiente. Por eso, cuando divisaban a estos árboles sabían que estaban cerca de un oasis. En ese sitio podían conseguir una fuente de agua y cobijarse en la sombra que dan las palmeras.
Eso fue lo que hicieron los israelitas después de cruzar de forma milagrosa el mar Rojo. Ellos se pararon a descansar en la región de Elim. Allí había doce manantiales de agua y setenta palmas datileras. Así pudieron recobrar las fuerzas para continuar su viaje.
¿Cómo se relaciona la palmera con algunas regiones en la Biblia?
Están plantas crecían en lugares de la costa del mar de Galilea, el valle del Jordán, las cercanías del En-guedí. Incluso a Jericó se le llamó la ciudad de las palmeras, por la cantidad abundante de los árboles que existían. Estas zonas eran tierras cálidas; sin embargo, las áreas montañosas, como las de la tribu de Efrain, se podían encontrar con ellas. El más popular era la palmera de Débora.
En los alrededores de Jerusalén, también había estas plantas. Una evidencia de ello, es que al celebrar la fiesta de las cabañas se utilizaban sus ramas. De igual manera, cuando Jesús entró en la ciudad, montado en un pollino, lo recibieron con palmas en las manos.
La palmera puede alcanzar los 30 metros de altura, con una belleza única y una silueta estilizada. Por eso, a las israelitas que llamaban Tamar, era un privilegio porque se les destacaba por su hermosura. Una de ella fue la nuera de Judá y la hermana de Absalón.