Leproso significado bíblico

leproso

Definición. El significado bíblico de leproso es aquella persona que padecía de la enfermedad de la lepra. En la antigüedad esa afección se consideraba que no solo infectaba a los humanos, sino a las casas, las prendas de vestir y los utensilios. Esta era muy contagiosa y llegaba a desfigurar a quienes la tenían.

Vídeo sobre el significado bíblico de Leproso

¿Qué variedades y efectos puede manifestar un leproso?

La lepra (nodular), en sus inicios, podía engrosar la piel y formar bultos. Esto comenzaba en la casa hasta extenderse a otras áreas del cuerpo. Las membranas mucosas de la nariz y la garganta podían degenerarse, sin que se pudiera revertir ese efecto. Por eso, se le conoce como tuberculosa o negra.

En cuanto al tipo de lepra anestésica o blanca, afecta en especial a los nervios periféricos. El paciente tiene sensibilidad al tacto y puede dar como resultado entumecimiento. Hay leprosos que tenían una mezcla de estas dos variantes. A medida que la enfermedad avanza, las hinchazones comienzan a supurar pus, causar la pérdida del cabello y las cejas. Incluso las uñas se pueden aflojar, debilitar o caer.

Las áreas del cuerpo, como los dedos, la nariz y los ojos, se consumen con lentitud, a medida que pasa el tiempo. En algunos casos, puede causar la muerte de la persona que lo padecía. Esto fue lo que le ocurrió al rey Uzías, quien asumió las funciones de los sacerdotes y Jehová lo castigó. Por eso, fue un leproso hasta el día de su muerte.

¿Qué debían hacer los israelitas con un leproso?

Según la ley mosaica, Dios les indicó a los sacerdotes cómo podían diagnosticar esta enfermedad y diferenciarlas de otras. Ellos debían verificar si la persona tenía erupciones, costras, manchas o granos. Estos síntomas eran los primeros que manifestaba un leproso. Por lo general, en la zona afectada los pelos se volvían blancos y la piel quedaba expuesta en carne viva.

Así que, el sacerdote debía declarar a esa persona como alguien inmundo. Después de un tiempo, cuando se cubría todo el cuerpo, la enfermedad no era contagiosa. En ese caso, el sacerdote podía indicar que la víctima estaba limpia y no suponía un peligro para quienes lo rodeaban.

Cuando a alguien se le declaraba leproso, debía vivir apartado de su familia, rasgas sus prendas, dejar su cabeza desaseada. Si una persona se acercaba tenía que taparse la boca y advertirle de su estado de salud. Ahora bien, cuando ya no había peligro de infectar a otros, tenían que hacer un sacrificio para ser aceptados en el pueblo.

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