Justicia significado bíblico

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Definición. El significado bíblico de justicia se refiere al equilibrio que debe haber entre todos los seres vivos. Ya que, para que esta exista, es indispensable darle a cada quien lo que le corresponde. En las escrituras, nos encontramos un Dios, justo, que busca siempre otorgar a sus hijos lo que merece.

Vídeo sobre el significado bíblico de Justicia

Es posible que consigamos confusión entre términos relacionado con la igualdad o la equidad. La primera nos indica que todos debemos recibir el mismo trato, sin ningún tipo de distinción. No obstante, la segunda se aferra más al concepto de justicia, pues nos ordena dar a cada quien lo que merece.

Equidad para el equilibrio de la sociedad

La Biblia nos muestra el modo como se desarrollaba la administración de justicia, utilizando métodos un poco ortodoxos. Pero, en esencia, nos muestra la importancia de la imparcialidad y balance al momento de aplicarla.

Este equilibrio debe ser el predominante a la hora de imponer castigos, o establecer recompensas. También observamos, la relevancia que tiene resolver conflictos sociales, conforme a las leyes y la equidad.

Por ese motivo, encontraremos que la armonía en los pueblos, solo logra a través de la justicia como cúspide del sistema. Esto implica conocer las circunstancias que rodean a cada persona, antes de juzgarla. Nada más así, se pueden aplicar los correctivos necesarios para moldear conductas.

En el sentido bíblico, no podemos reducir la visión sobre la justicia a la armonía terrenal. Por el contrario, también debe estar vinculada con el balance existente conforme a las leyes de nuestro Señor Jesucristo. Es decir, que los valores y principios que la rigen, parten del amor que este nos enseñó.

Justicia divina

Dios es el justo juez que encamina nuestras vidas, por ese motivo, siendo el encargado de ponderar el comportamiento que tengamos. En ese sentido, podemos entrar en presencia del Creador, cada vez que este actúa de manera silente en toda ocasión.

Las enseñanzas del Altísimo, nos muestran que no debemos perder la fe en los casos que la justicia terrenal no vaya a nuestro favor. Ya que la última instancia, presidida por él, siempre será justa.

Esto se debe, a que en abundantes momentos, el hombre se corrompe y aparenta que imparte justicia. Pero, sus decisiones pueden ser a conveniencia o de manera parcializada. En esas circunstancias, es cuando debemos mantener firme nuestra fe, pues la justicia divina llegará en cualquier momento.

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