IIM significado bíblico

iim

Definición. El significado bíblico de IIM, es nombre que se le adjudicó a una villa que se le otorgó a los de la tribu de Judá en la repartición de la tierra. Suele relacionarse el término con Ije-Abarim de manera abreviada, su traducción quiere decir ruinas o escombros.

En la actualidad, no se precisa una localización detallada para IIM, sin embargo, se cree que se ubicó en el extremo sur cerca de Edom. En los escritos que dejó Josué, se le menciona junto con Esem y Baala.

IIM y la herencia de Judá

A IIM se le reconoce dentro de los límites geográficos de los territorios que conformaron parte relevante de lo que le tocó en suerte a la tribu de Judá. En esta amplia lista se demarcan las fronteras y los departamentos que Jehová les prometió a los hijos de Israel.

Dentro de los registros de Josué vemos la forma en la que se extiende IIM, describiéndose con minuciosidad los límites meridionales. Es posible que existan ciertas diferencias respecto al libro de los números, pero los estudiosos que compararon estos textos concuerdan en que las ciudades de los relatos se reúnen con la finalidad de integrar una línea fronteriza.

La villa llamada IIM simboliza la fe que tuvo la tribu de Judá el día en el que se llevó a cabo la repartición de las tierras que habitarían las familias. Esto refleja la confianza puesta en las manos de Dios que demostró que sus promesas se cumplen.

La convivencia en IIM

La Biblia nos da un claro bosquejo de cómo era la vida en IIM o las nuevas villas y ciudades que se encontraban muy cerca unas de otras, en estas habitaron los hijos de Israel. Los textos nos indican que la convivencia era pacífica y que contaban con una vigilancia militar que les permitía resguardarse de las naciones enemigas.

Los límites de IIM y las demás zonas estaban entre familiares que se respetaban y mantenían una relación solidaria. Tengamos en cuenta que la tribu de Judá fue una de las que tuvo las herencias más grandes en la extensión de las tierras, sus moradores no se negaron a compartir algunas de sus latitudes con los extranjeros.

La bendición de Jacob no desamparó a este grupo de personas, además, se puede apreciar que Judá fue uno de sus predilectos en el modo de la autoridad que poseyó en vida. El relato constituye la forma en que los hijos del señor se esparcieron por las tierras y sentaron las bases para las nuevas generaciones que seguirían el ejemplo de sus predecesores en el servicio a Jehová.

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