Expirar significado bíblico

expirar

Definición. El significado bíblico de expirar, deviene de la propia condición humana. Desde el nacimiento de cada ser, se sabe que en algún momento este va a morir o perecer. La palabra viene dada del hebreo 'Gawa', y se representa como entregar el espíritu, expresión que de forma clara tiene que ver con el final de la vida de una persona.

También puede entenderse, de manera figurativa, como la última exhalación del aliento de un hombre. Puesto que el espíritu humano se distingue de su cuerpo terrenal. Es por ello que, el hecho de morir, expirar, contiene esta alusión a entregar el alma a nuestro creador.

De la muerte de Cristo, se saca este término, incluso teniendo una variación, ya que se usan dos verbos que al final quieren representar el mismo significado. En la primera alusión se tiene como dejó el espíritu y en el segundo se habla de entregarse. El acto de su muerte se expresa de una manera tan especial que se destaca sobre un hecho puro de su propia voluntad.

La palabra expirar y la Biblia

Es correcto decir que esta palabra puede aplicarse tanto a las cosas como a las personas, puesto que el término expirar también es posible encuadrarse en momentos cuando los objetos pasan su fecha de utilidad. Sin embargo, el significado establecido en el libro sagrado, hace alusión a la persona en sus últimos momentos de vida sobre el plano terrenal.

En el versículo de Juan 19:30 se expresa lo siguiente, 'Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: se consume. Y al inclinar la cabeza, entregó su espíritu'. Se puede ver la representación de lo que será la mayoría de las muertes luego de Cristo, dar su último respiro a Dios, para en él encontrar la salvación y el descanso del plano terrenal, abriéndose paso al mundo divino.

Es posible hallar también en otro versículo otra manera de interpretar la conjugación de expirar, de este modo, Job 11:20, 'Pero los ojos de los malos se consumirán, Y no tendrán refugio; Y su esperanza será dar su suspiro final'. Se podrá entender que a quien obró mal la gracia del Señor Eterno no lo acompañará en sus últimos momentos de vida.

Además, su compasión se extiende a tal grado que con solo arrepentirse puede salvar su alma, pero siempre debe existir. De esta manera, en sus últimos momentos no se sentirán solos ni abandonados, sabrán que el descanso eterno los espera.

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