Don significado bíblico (Dones del espíritu)

don espiritual

Definición. El significado bíblico de don es regalo, objeto, o favor que se le da a una persona. Estos se dan a través del espíritu santo, ya que se encarga de distribuirlos entre los creyentes. El don más grande que se nos dio es Jesucristo, quien dio su vida por nosotros, y trajo consigo cosas buenas.

Vídeo sobre el significado bíblico de Don

Su hijo salvó y santificó a los hombres, además también tiene la facultad de ser considerar un don, el espíritu santo. De aquí, podemos distinguir unos dones espirituales, que pueden ser temporales o eternos, algunos de ellos son:

  • Profecías.
  • Enseñanzas.
  • Sanidad.
  • Amor.

Y también el espíritu nos otorga la capacidad de fe, esperanza, paz, bondad, paciencia, mansedumbre, templanza. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos regalos tienen una finalidad, darnos la capacidad de operar como el creador manda.

Dones espirituales

Todos los dones se consideran espirituales, porque Dios es quién los asigna, pero el que encarga de repartirlos es el espíritu santo. Podemos clasificar estos en dos grandes listas, los dones hablados y de servicio.

Los dones hablados son aquellos como sabiduría y la enseñanza, se trata de aprender y hacer las cosas dentro de la voluntad del Todopoderoso. El conocimiento más allá de lo normal, la creencia en que el Redentor sabe la razón de todo. Como también, tener la capacidad de traer el poder sanador del Señor. En el capítulo 4 de Efesios, encontramos divididos los dones en: 

  • Evangelismo.
  • Lengua.
  • Liderazgo.
  • Aliento.
  • Discernimiento.

Pues se tratan de formas usadas al dar enseñanza a las demás personas, y así puedan comprender el poder de Dios.

Asimismo, hay dones de servicio, los cuales se dan para que tengamos la facultad de ayudar a nuestros hermanos. Aquí podemos mencionar la capacidad de dar, la disposición de guiar, cuidar y alimentar a los más necesitados.

Dones del espíritu significado bíblico

Definición. El significado bíblico de dones del espíritu se refiere a los obsequios que Dios nos otorga al momento de nuestro bautismo. Estas bendiciones, aunque son varias, no se nos entregan todas a la vez, es deber de cada uno de nosotros saberlas aprovechar.

Estos poderes espirituales que nos son dados, forman parte de nuestro comportamiento y personalidad, como símbolo de fidelidad a Cristo. Son una manera de construir el camino hacia la casa del Creador, cuando llegue el final de los tiempos.

Siete dones del espíritu santo

La manera correcta de desarrollar los dones del espíritu  que nos han sido obsequiados, es conociendo cuáles tenemos, a través de la oración. De esa forma, será más sencillo aprender a explotarlos de la mejor manera, para beneficio de todos. Por tal razón, te mencionamos cada uno de ellos:

  1. Sabiduría, este don otorga un conocimiento afectuoso de Dios y el resto de las creaciones del mismo.
  2. Entendimiento, esclarece la comprensión ante los misterios de Dios, fortaleciendo la fe ante los hechos sobrenaturales que le rodean.
  3. Ciencia, este don contribuye con el entendimiento de la creación de las cosas a través de la marca de la bondad de Dios.
  4. Consejo, por medio de este don, el hombre mejora y fortalece la virtud de la prudencia, abriendo el entendimiento para la toma de decisiones.
  5. Piedad, este don aviva el amor verdadero y fiel a Dios, y hacia el resto de la humanidad.
  6. Fortaleza, es la forma de superar obstáculos que el mismo Dios, nos pone en el camino como prueba de nuestra fe.
  7. Temor de Dios, es el don que domina a todos los demás, pues te incita a cumplir su palabra, sus normas y enseñanzas. El temor a Dios, es el amor y respeto que sentimos hacia él y sus mandamientos.

¿Cómo emplearlos?

Estos los asigna nuestro Señor, para que junto con la doctrina social de la iglesia, trabajemos en el crecimiento tanto personal como grupal. Nos da la capacidad, de unirnos para lograr el bien común, sin dejar de olvidar que debemos glorificar a Cristo.

Estos dones espirituales que el Señor, nos ha regalado, debemos aprender a usarlos para desarrollarlos de la mejor manera. Esto implica la prudencia, pues no es necesario hacer eco de las cosas buenas que haces por los demás. Dios no quiere fama, solo que hagas el bien a los demás, sin esperar nada a cambio y sin hacer un show para publicitarlo.

Esto no es un premio a nuestra creencia, pero si tenemos que tomarlo como incentivo para hacer el bien. Servir al prójimo y animarnos a andar con Cristo. Al utilizarlo, esteremos demostrando que Dios es real, nos dirige a hacer las cosas correctas y ayudarnos los unos a los otros. Ten en cuenta que, todos los creyentes tenemos al menos un don, pero siempre podemos querer más y tan solo debemos pedirlos.

Debemos tener cuidado de caer en las tentaciones de Satanás, pues este trata de imitar los dones del espíritu. Este puede representarse mediante lenguas antiguas, profecías y aparentes milagros, para hacernos dudar de nuestra fe en Dios. Con el don del discernimiento, podemos enfrentar este tipo de actividades que son abominables para los ojos del Señor.

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