Bendito significado bíblico

bendito

Definición. El significado bíblico de bendito se relaciona con pronunciar o hacer algo que sea santo. También se aplicaba en las peticiones de un favor divino, por lo general las personas la usaban en sus oraciones. Asimismo, se empleaba para glorificar, ensalzar y desear cosas buenas.

Vídeo sobre el significado bíblico de Bendito

Formas de usar el término bendito en la Biblia

En las santas escrituras, se encuentran muchas frases donde se incluye esta palabra en diferentes maneras. Algunas de estas son: bendición y bendecir. También están sus equivalentes: desear el bien, felicitar, saludar, entre otros. Por lo general, las personas las pronunciaban en momentos alegres.

En los relatos bíblicos que emplean esta expresión, es porque los hombres están agradeciendo a Dios su bondad amorosa, también cuando un individuo quiere alabar a Jehová o a Jesús y si alguien desea algo bueno para su semejante. Incluso llegaba a formar parte del saludo, en especial cuando se trataba de una autoridad.

Un ejemplo de esto, es en el momento en el que padre celestial creó a la primera humana. Él reconoció que había hecho un buen trabajo y procedió a bendecirlos, con el objetivo de que pudieran multiplicarse. Además, les dio lo necesario para satisfacer sus necesidades físicas y espirituales. Si ellos se mantenían obedientes, podían disfrutar del lindo paraíso donde se les había ubicado.

Por otro lado, hay un sinfín de ocasiones en la que las personas declarando a Jehová bendito. Era una expresión que servía para alabarlo y agradecerle sus actos. Incluso, se reconocía que de él provenían todas las cosas provechosas. Otra forma de bendecirlo era predicando o produciendo el fruto de labios, al llevarles a otros las buenas noticias que proclamó Jesús.

¿Cómo se declararon benditos a Jesús y otras personas?

Cuando el hijo de Dios estuvo en la tierra, muchos hombres reconocían que él era el Mesías. Incluso pudieron aprovecharse de sus enseñanzas y de sus milagros. Unos días antes de su muerte, Jesús tuvo una entrada triunfal en Jerusalén. Este iba montado en un pollino, la muchedumbre se agrupó y lo recibieron con palmas en las manos. Además, le dijeron que él estaba bendito por venir en el nombre de Dios.

Por su parte, Noemí se sintió tan agradecida con Boaz, que dijo que él era bendito. Eso se debía a que ella estaba viuda, envejecida y no tenía nietos que perpetuaran su herencia. Sin embargo, este hombre recompró a su nuera, lo que le daba la esperanza de poseer una descendencia.

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