Acaico significado bíblico

acaico

Definición. El significado bíblico de Acaico, es palabra del latín Acaicus o griego Ajaikos, el cual perteneció a Acaya. Fue un cristiano miembro de la iglesia en Corinto. Algunos autores dicen que acudió a Éfeso para otorgar provisiones y otros al hacer entrega de un texto a Pablo de Tarso, en compañía de Estefanás y Fortunato.

Estos escritos eran mensajes de la Iglesia que se citan en el nuevo testamento, tal y como puede verse en Corintios 16:17 'Estoy feliz por la visita de Estefanás, de Fortunato y de Acaico, que supieron la ausencia de todos ustedes.' En tales palabras, se resalta su tranquilidad de espíritu e invita a apreciar a los hombres.

Vídeo sobre el significado bíblico de Acaico

Uno de los 72 apóstoles o discípulos fue Acaico

Cuando hablamos de estos apóstoles, se cree que uno era Acaico, los cuales fueron los primeros emisarios de Jesús, mencionados en el evangelio de Lucas 10:1. 'Después de esto, el señor eligió a otros setenta y dos y los envió de dos en dos, delante de él, a las ciudades y lugares a donde él debía ir.'

Al estar en su viaje a Jerusalén y a la cruz, designa a sus discípulos, entre ellos a Acaico, sin antes advertirles. Con el costo de seguirle y mandar a los setenta y dos a anunciar el reino de Dios a las ciudades por las que, habría de pasar en su camino. Por ello, en Lucas 10:3 se observa este versículo 'Vayan, pero sepan que los doy como corderos en medio de lobos.'

Problema de la iglesia de los corintios

Acaico fue un creyente corintio, más esto no lo alejaba de las dificultades que los feligreses de esta iglesia presentaban. Dado que, eran incapaces de romper con la cultura de la cual venían, pues estaban divididas, mostrando su carnalidad e inmadurez cristiana. No obstante, la dificultad más grande era la mundanidad, donde la mayoría de los creyentes no lograban separarse de sus caminos antiguos, egoístas, inmorales y paganos.

Razón por la cual, fue necesario para Pablo escribir y así intentar corregir ese tipo de comportamiento, también, mandar a los cristianos fieles como Acaico. No solo a romper la comunión con los desobedientes, sino a sacar a algunos miembros de la iglesia. En efecto, hoy en día sucede lo mismo, estamos viviendo tiempos de egoísmo e inmoralidad entre los hijos de Dios.

Ya no es solo la división por doctrinas, sino que estamos coexistiendo con opiniones contrarias, costumbres, estatus y un sinfín de aspectos negativos para el Padre Celestial.

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