Perfecto significado bíblico

perfecto

Definición. El significado bíblico de perfecto alude a aquello que en su integridad es completo y sano. Por lo general es una forma de describir el estado de algo.

Vídeo sobre el significado bíblico de Perfecto

Dentro de la Biblia esta palabra es de uso frecuente porque es parte de un ideal de las personas que deberíamos ser. También se refleja durante momentos conmemorativos, como lo es la entrega de ofrendas a nuestro Dios, lo mejor era lo que se le otorgaba a él.

En la Biblia hay muchas indicaciones sobre lo que se considera un ser perfecto y del mismo modo hay una serie de situaciones que diferencian su concepto. Para muestra de ello están el antiguo y nuevo testamento, en ambos nos habla de diferentes ideas.

Pero de acuerdo con las escrituras, los animales que iban a tener la misma suerte debían compartir esta característica. Si esto no ocurría, podrían llegar a ser considerados como una ofensa al señor y hay posibilidades que imparta su castigo.

De modo que tiene sentido que su origen sea hebreo 'tâmîm'. Pero ello corresponde a la totalidad de algo, entonces de allí el carácter corporal como aquello que es perfecto.

En la antigüedad, se considera que es más un estado físico donde no hay impurezas y es sano. De modo que este es aplicable a frutas que han sido ofrecidas en sacrificio al Señor.

La perfección y los seres humanos

En las escrituras siempre se nos indica que el único ser perfecto es Dios y que nosotros jamás lo igualaremos. Siendo esto ese tipo de perfección superior y absoluta e inalcanzable para cualquier otro.

Sin embargo, hay una especie de sub clasificación en cuanto a este tema y con ella las personas pueden llegar a denominarse así. Debajo de la absoluta, se encuentra la perfección cristiana y esta se refiere a los creyentes que han decidido vivir su vida adorando y alabando al Señor.

Tal como Abraham y Moisés, que aunque no eran de forma absoluta perfectos, se les tenía en muy alta consideración. Luego de esta encontramos a quienes son así por ser sanos y estar completos.

De modo que todos los seres humanos se les invita a seguir la imagen de Dios y su estándar. Y dentro de sus posibilidades, al menos ser reconocidos como perfectos y maduros para agradarle.

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