Perfección significado bíblico

Definición. El significado bíblico de perfección es totalidad. Encontramos que se relaciona con la identificación de algo completo, e íntegro. También se toma como un cumplido cuando una cosa es conveniente y está plena.

Aunque en la Biblia al referirse a la perfección, lo hacían de tres formas: La de Dios, de cristo, y de los humanos. Implicaba la libertad de defectos, y el aprendizaje constante a las cosas divinas.

En el lenguaje cristiano, la referencia a esto es Dios, ya que es nuestro ideal. Cristo es un modelo a seguir, y por eso debemos ser perfectos como vuestro padre.

¿Qué es la perfección absoluta?

Esto es una cualidad que solo Dios la tiene. Podemos ver que en la palabra perfección, es algo que se usa para alentarnos a ser perfectos como nuestro padre. Somos hechos por él y todo lo que ha creado, es perfección.

Asimismo, su conocimiento está completo, el camino hacia el que nos dirige también lo es. Es esencial porque nos protege y refugia en él.

Las leyes que nos da para seguir, son perfectas. En Romanos 12:2 nos encontramos con que la voluntad del Señor, es agradable y perfecta.

El llamado a ser perfectos

A pesar de que todo lo que Dios hace es perfecto, nosotros, los humanos, no lo somos. Sin embargo, estamos llamados a serlo. Distinguiendo que no se puede obtener la santidad completa que este tiene. Podemos imitarlo a Jesucristo y reflejar el amor íntegro que él posee. Nuestro objetivo debe ser lograr la totalidad de la integridad.

Esto es un don que pertenece a los llamados divinos. Es una tarea que hay que intentar alcanzar, debe considerarse un objetivo a abarcar. Las sagradas escrituras tienen un mensaje verdadero de Dios. Nos sirve para enseñar, consultar y rectificar nuestro comportamiento.

Nos disciplina y ayuda a que el camino que tomemos sea el correcto. La Biblia es señal de que Dios quiere que logremos ser íntegros. Entender el propósito de la existencia, es lo principal. Luego debemos comprender la voluntad del creador, la cual la encontramos en la escritura.

Paso a paso, adquiriendo los conocimientos y haciendo seguimiento de lo que el padre quiere para nosotros se puede alcanzar la plenitud. Somos seres que con el aprendizaje podemos alentarnos a abrir nuestro corazón, a cambios que nos permitan lograr la perfección que Dios desea.