Morada significado bíblico

sol

Definición. El significado bíblico de morada proviene del griego 'mone' y quiere decir 'mansión'. Se refiere a un lugar determinado donde un individuo o grupo de personas residen y resguardan su privacidad. Esta área física involucra la vivienda y terrenos adyacentes que sean parte de la misma propiedad, como patios, jardines, campos, entre otros.

Vídeo sobre el significado bíblico de Morada

Esta idea tiene origen en la acción del verbo 'morar', en latín 'morari' que alude a detenerse y permanecer para subsistir en una zona establecida. Alojarse en un punto creó comunidades sedentarias, que eran los que se quedaban de manera prolongada en un solo sitio. Aunque el vocablo también se usaba entre los nómadas, que le llamaban así al acto de asentarse para descansar durante su camino.

¿Qué es morada según la Biblia?

En las sagradas escrituras se encuentra un pasaje famoso en que Cristo da esperanzas en la vida eterna. Jesús afirma que en la casa de su Padre existen moradas a las que los creyentes se reciben si se preparan en cuerpo y corazón. En ellas los fieles podrán perdurar, pues la estancia en la tierra es temporal y aunque caduque, el alma será inmortal.

Se dice que las residencias en el reino de los cielos son una maravilla de construcción espiritual, pues todas las creaciones del Señor son perfectas. El milagro de la mano divina se ve reflejado en los templos de la tierra. Es decir, los ecosistemas como hogar de la vida en el planeta, las iglesias, lo más importante, nuestros cuerpos, en ellos reside el Espíritu Santo.

La morada del Señor en la tierra

El fenómeno de la unión del hombre y Jehová es lo que permite que su gloria habite entre nosotros. En los textos bíblicos, Jesucristo incita a que las personas se congreguen y funden espacios en los que Dios se sienta invitado a concurrir. Los corazones caritativos son el aposento ideal para que se instaure la bendición divina y todos sus dones.

Así como el Todopoderoso promete a los devotos una morada donde la vida será eterna, exige a los feligreses que lo dejen entrar en ellos. Nuestro cuerpo se diseñó para ser instrumento del su buen obrar, en nosotros debe reinar la voluntad que se dio a conocer con su palabra. Del mismo modo, los que creen en Dios no pueden dejar que en ellos more la maldad del pecado.

Subir